Macro, ¿la Astrología Económica?

¿Dónde está la crisis?

A nada que uno haya estado al tanto de las noticias económicas del último año la pregunta es inevitable. ¿Dónde está la crisis?

Desaceleración económica, crisis bancarias, inflación, producción industrial a la baja, tipos de interés al alza, crédito en contracción, prestaciones por desempleo en aumento o conflictos internacionales... signos de una economía que se debilita y coquetea con la recesión. La recesión más adelantada de la historia. Y, sin embargo, Bolsas en máximos, mercado inmobiliario disparado, terrazas y restaurantes hasta la bandera o reservas hoteleras a buen ritmo. ¿Qué crisis?

Para tratar de entender lo que está pasando es vital que comprendamos el papel que juega el Banco Central y el Tesoro en la creación y mantenimiento del dinero disponible en el sistema.

Los Bancos Centrales, controlando los tipos de interés a corto plazo, ejercen de palanca en el sistema bancario abaratando o encareciendo el crédito. Imaginemos que usted tenga un proyecto empresarial por el cual necesita solicitar un préstamo al banco. Si el tipo de interés marcado por el Banco Central es bajo, su crédito en el banco le saldrá más barato, fomentando que más gente como usted acuda al banco a solicitar préstamos. Al otorgarle el préstamo, el banco crea ese dinero en su cuenta bancaria, aumentando la masa monetaria que en ese momento existe en el sistema. A más créditos, más dinero en el sistema. Como podrá imaginar este dinero de nueva creación disponible para intercambiarse por bienes y servicios ejerce presión inflacionista en el mercado. Es por ello por lo que vemos como generalmente aumenta la inflación cuando una economía está sobrecalentada, o dicho de otra manera, cuando se han otorgado muchos créditos bancarios.

En este caso, el Banco Central aumentado los tipos de interés permite frenar la creación de nuevo dinero a través del crédito, frenando a su vez la inflación provocada por lo que acabamos de explicar. Algo así se pudo vivir en los años 70, donde toda una generación - la de los baby boomers - se incorporó al mercado de trabajo, demandando bienes y servicios como coches o viviendas, y donde además se vivió una restricción al acceso a la energía barata. A final de la década, el entonces gobernador de la FED Paul Volcker, aumentó las tasas de interés hasta rozar el 20%, cortando de raíz la inflación y provocando una crisis por el camino.

Pero esto es solo un lado de la moneda. Un lado que durante los últimos 40 años ha sido suficiente para entender la dinámica de los mercados. 

Por el otro lado de la moneda tenemos al Tesoro, que no es más que el brazo del gobierno encargado de gestionar las finanzas públicas. Si los gastos presupuestados no pueden ser cubiertos por los ingresos vía impuestos, el Tesoro emite deuda pública. Los ingresos producidos por la venta de esta deuda se utilizan para pagar los bienes y servicios requeridos para el funcionamiento del Estado. Al emitir deuda, el Estado está absorbiendo dinero parado en el sistema financiero en forma de depósitos o aparcados por las entidades financieras en los bancos centrales para posteriormente gastarlo en el mercado real comprando bienes y servicios.

Ilustración 1 - Mercado de Repo Inverso - Fuente: Board of Governors of the Federal Reserve System (US)

Además, los Bancos Centrales pueden crear nuevo dinero y acudir también a la compra de esta deuda -algo que lleva haciendo el BCE con la deuda pública española o italiana desde 2012-  provocando de esta manera presión inflacionaria en el mercado. 

Esto último, comúnmente conocido como monetización de la deuda, se pudo vivir durante la segunda guerra mundial, donde la inflación se disparó por las necesidades de gasto generadas por el conflicto. La ratio Deuda/PIB se disparó hasta el 120% en los Estados Unidos.

Ilustración 2 - Deuda sobre PIB USA

Pero volvamos a nuestra pregunta inicial porque aquí está la clave. ¿Dónde está la crisis? 

Los Estados, y en especial los Estados Unidos han venido aumentando considerablemente su emisión de deuda, entrando en unos déficits presupuestarios nunca vistos en períodos de no-crisis anteriores. Esta nueva emisión ha venido compensando las actuaciones de los Bancos Centrales con la subida de tipos de interés, perjudicando por el camino aquellos sectores muy sensibles a estas subidas (como la Industria o el Mercado Inmobiliario) pero beneficiando a otras no tan sensibles (como los servicios). Vaya, algo así como tener el grifo totalmente abierto (el Tesoro) cuando hemos quitado el tapón (la FED) de la bañera.

Este paradigma vendría a explicar el estancamiento de ciertos sectores (compra-venta y construcción de nueva vivienda) o países (Alemania y su alta dependencia industrial) y el auge o aguante de otros, como España y su dependencia en servicios.

La pregunta por lo tanto no es ¿dónde está la crisis?, sino más bien ¿es sostenible lo que están haciendo nuestros Gobiernos?, ¿qué pasa con la deuda si finalmente acabamos entrando en crisis? Y la más importante ¿podemos seguir jugando a este juego sin acabar devaluando enormemente nuestras monedas?