Madrileños por Madrid

Escritores madrileños pioneros de la ciencia ficción

Cuando pensamos en el género literario de la “ciencia ficción”, lo primero que se nos viene a la cabeza son apellidos norteamericanos y británicos: Gernsback -fundador de la mítica revista Amazing Stories-, Wells,  Rice Burroughs, Clarke, Heinlein, Bradbury, Huxley, Herbert, Dick, Le Guin,  Farmer…  Sin embargo, las nuevas generaciones de lectores amantes de este género lo que más buscan hoy en los estantes de las librerías de viejo son las singularidades. Me refiero a escritores y editores pioneros en el género que se alejen de este paradigma: los precursores franceses, italianos. españoles o iberoamericanos. Y también los apócrifos, las traducciones no oficiales que se hicieron antes y después de la gran contienda mundial o las pequeñas ediciones de autores que escribieron con pseudónimo.

Escritores en español pioneros de la ciencia ficción, los hubo y muy buenos, tanto en la Península como en Iberoamérica, aunque hoy me centraré en los madrileños, comenzando por uno de ellos antes casi desconocido, cuya obra se ha hecho recientemente famosa por una serie de televisión: El Ministerio del Tiempo. 

El diplomático y dramaturgo Enrique Gaspar y Rimbau, nacido en Madrid el 2 de marzo de 1842, no sólo fue pionero en el género, sino también el primer literato en describir una máquina temporal en su novela El Anacronópete, adelantándose casi una década a la publicación de La Máquina del Tiempo de Wells de 1895.  El español creó primero una zarzuela con este título y temática, cuyo manuscrito se conserva en la Biblioteca Nacional de España, que nunca llegó a ser representada, por lo que la reconvirtió en una novela que se publicó en 1887, con ilustraciones de Francesc Gómez Soler. Los protagonistas: el sabio Don Sindulfo, inventor del artilugio, que navega gracias a la electricidad, y del "fluido García" que toman los pasajeros para no rejuvenecer y/o desaparecer en su viaje hacia atrás en el tiempo; su sobrina Clarita, un joven capitán y varios polizones.  La obra española es menos sociológica que la de Wells, puesto que no se plantea el futuro de la humanidad, sino el pasado, con unos escenarios que abarcan desde la Exposición Universal de París, la batalla de Tetuán, la Granada de 1942 o los últimos días de Pompeya.

El Anacronópete, la primera novela sobre viajes en una máquina del tiempo, 1ª edición de 1887

Otro escritor madrileño precursor en el género, es el geógrafo militar José de Elola y Gutiérrez, nacido en Alcalá de Henares el 9 de agosto de 1859, y fallecido en Madrid el 12 de julio de 1933.  Este autor publicó en 1913 sus Cuentos estrafalarios de ayer y mañana, aunque hoy son buscadas sobre todo sus 17 novelas de la serie Viajes Planetarios en el siglo XXII, publicadas por la editorial Rivadeneyra, por cuadernillos, bajo el seudónimo Coronel Ignotus. Este autor es definido por algunos expertos como el Julio Verne español, aunque este calificativo cuadra más a mi juicio con el ingeniero y economista segoviano Jesús de Aragón, que escribía bajo el seudónimo de Capitán Sirius. Otros conocedores le relacionan con Edgar Rice Burroughs, autor no sólo de la archiconocida serie de tarzán -que por cierto se traslada en alguna de sus novelas al centro de la tierra, al mundo de Pellucidar-, sino también de la saga de John Carter en Marte, iniciada en revistas pulp en 1912 y concluida en 1943; una menos conocida y posterior serie de 5 novelas sobre Venus, publicadas entre 1932 y 1970; así como otras tres novelas sobre la Luna, publicadas entre 1923 y 1925.  Como vemos, la obra de José de Elola sigue la pauta de la de Burrogughs, publicándose periódicamente y centrándose en viajes planetarios, siendo Venus el principal protagonista en el caso del español. Pero el viaje a Venus de Elola anticipa el del estadounidense, ya que el español publicó sus tres primeras novelas (De los Andes al Cielo, Del océano a Venus y El Mundo Venusiano) en 1921 y Rice Burroughs inicia su serie venusiana en 1932.

Elola tiene otra obra precursora de la ciencia ficción, Amor en el siglo Cien, publicada en 1922, cuyos protagonistas son una pareja bilbaína congelados por accidente en el año 2000 y despertados de su hibernación en el año 10000.

De los Andes al cielo, del Coronel Ignotus, edición de 1921

Desde los años 30 son muchos los escritores españoles que americanizan su seudónimo y publican en folletines y ediciones de bolsillo, siguiendo la estela de los escritores norteamericanos. Uno de estos escritores fue el madrileño Enrique Sánchez Pascual, cuyas novelas de ciencia ficción se publicaron por las editoriales de Toray y Bruguera, bajo los seudónimos de Law Space, W. Sampas, Alex Simmons, Lionel Sheridan, entre otros. Este polifacético autor fue también promotor de la Colección Robot, en la que él mismo colaboró bajo el seudónimo de Alan Comet.

Colección Robot, Editorial Mando, 1955

Autores más cercanos en el tiempo son: León Arsenal, heterónimo del madrileño José Antonio Álvaro Garrido, nacido en 1960, Director de la revista Galaxia; Javier Negrete, nacido en Madrid en 1964, que se mueve muy bien en el subgénero de la fantasía heroica por su condición de filólogo clásico; Eduardo Vaquerizo, nacido en Madrid en 1967, ingeniero aeroespacial; Carlos Sisí, experto en diseño gráfico, nacido en Madrid en 1971, autor de la serie Los caminantes, que sitúa el apocalipsis zombi en Málaga; la poetisa Sofía Rhei, nacida en Madrid en 1978; Virginia Pérez de la Puente, periodista, nacida en 1977 y autora de varios microrrelatos; y la también experta en Comunicación Susana Vallejo, nacida en 1968, autora, entre otras obras, de una serie de relatos distópicos. 

Seguramente me dejo en el tintero muchos más nombres, pero no quiero dejar de mencionar al periodista César Mallorquí del Corral, hijo de mi admirado José Mallorquí, polifacético escritor, autor de la colección de novelas de El Coyote, versión española -en mi opinión mejorada- de El Zorro, pero también autor intelectual de la colección Futuro, publicada en los años 50, con traducciones de Mallorquí y algunas obras íntegramente suyas. Su hijo César puede considerarse madrileño de adopción pues, aunque nació en Barcelona en 1953, sus padres le trasladaron a Madrid al año siguiente. Ha sido Premio Nacional de Literatura Infantil y Juvenil, con una destacada trayectoria en el género de la ciencia ficción. 

Capitán Rido, primera obra de la Colección Futuro, escrita por César Mallorquí y publicada en 1953

Así, queridos lectores que os interesáis por la ciencia ficción, podréis comenzar a valorar nuestros autores de Madrid, entre los que me permito modestamente incluirme por mi cuento, “Contratiempo” publicado en Blanco y Negro el 17 de junio de 1990. La ciencia ficción, como vemos, es un género que perdura y tiene buenos antecedentes en Madrid.

Blanco y Negro, 17 de junio de 1990