Esperanza de vida, en Madrid
A determinadas edades resulta reconfortante saber que allí donde vivimos nuestra esperanza de vida es mayor, aunque sea estadísticamente. Los que residimos en Madrid somos algunos de esos afortunados, porque ocupamos la primera posición del mundo en esperanza de vida, con 85,18 años.
Por suerte, el dato de esperanza de vida no es manipulable -‘Tezanable’- de ninguna forma: los registros civiles toman nota de los nacidos y apuntan los que se mueren añadiendo su edad. Es parecido a lo que diría el viejo pastor: ‘las ovejas que entran por las que salen’.
El Ministerio de Sanidad ha publicado la última estadística de esperanza de vida en el año 2022, que tiene muchas lecturas, incluso políticas, pero deja bien claro que la esperanza de vida en Madrid es la más alta respecto al resto de las Comunidades Autónomas de España, como vemos en el siguiente cuadro.
Retroceso en la esperanza de vida por la pandemia
Si bien la esperanza de vida ha aumentado en todos los países de la OCDE durante el último medio siglo, el progreso se había estancado en la década anterior a la pandemia de COVID-19, y muchos países experimentaron caídas durante la pandemia.
Antes de la pandemia, la esperanza de vida aumentó en todos los países miembros y socios de la OCDE, entre 2010 y 2019, con un aumento promedio de 1,7 años. Sin embargo, muchos de esos avances se borraron durante la pandemia. Entre 2019 y 2021, la esperanza de vida disminuyó en 0,7 años en promedio en los países de la OCDE. En Madrid se perdieron 0,51 años por la pandemia, y aún así el incremento entre 2006 y 2022 es el más alto de todas las Comunidades Autónomas.
España está entre los cinco primeros países de la OCDE en esperanza de vida, pero la esperanza de vida de Madrid (85,18 años) supera a la de Japón (84,5 años), aunque seguramente hay regiones en Japón que puedan superar a Madrid. En cualquier caso, Madrid ocupa una posición de liderazgo en la esperanza de vida que nos puede satisfacer.
¿Por qué mejora la esperanza de vida, y dónde podemos llegar?
Las mejoras han sido muy rápidas desde el año 1900, en que Madrid tenía una esperanza de vida de poco más de 30 años, y estas mejoras tan rápidas se deben a la erradicación de la mortalidad infantil, la aparición de los antibióticos, a algunas vacunas -no todas- y a las mejoras en la higiene y la conservación de los alimentos. En la última parte del siglo XX el proceso comenzó a ralentizarse, aunque no dejó de aumentar, hasta la pandemia, que hay que considerar un hecho excepcional. Está claro que la esperanza de vida, si no ocurren desgracias, continuará aumentando hasta los 90 o 100 años, aunque ahora comenzamos a diferenciar los años de vida saludable porque de poco vale vivir mucho, si no se vive bien.
Dando algunas explicaciones a las diferencias actuales entre países, se suele argumentar que se deben a los sistemas sanitarios, y a la consideración de que el acceso a recibir cuidados de salud sea un derecho fundamental, algo que no se contempla en algunos países desarrollados como Estados Unidos, y también se debe al mayor o menor grado de penetración de hábitos no saludables, el clima. o la alimentación.
En cualquier caso, Madrid es una región a estudiar, como se estudia a todos los que lideran alguna faceta deportiva, económica o política. Los que vivimos en Madrid, tenemos, con la esperanza de vida, una satisfacción añadida y nos aferramos a las ventajas de nuestras costumbres y nuestra particular forma de vivir. Lo que no nos dicen las estadísticas, es que los madrileños queremos vivir más porque seguramente somos más libres que otros de vivir como queremos.