Reflexiones Australes

Inmigración ilegal en Europa

Al observar el proceso de inmigración ilegal en Europa, surgen interrogantes de manera inmediata. ¿No se dan cuenta las autoridades europeas que Europa está siendo invadida por inmigrantes ilegales? ¿Cuál es el límite de absorción de inmigrantes ilegales en Europa? ¿Qué acciones concretas están llevando adelante los gobiernos europeos para resolver el problema en el origen? Si Europa sigue aceptando y acogiendo ilegales se produce un inmediato incentivo a que más personas se aventuren a intentar el cruce marítimo, pues saben que serán recibidos. 

Por otra parte, la irrupción del mundo musulmán en Europa, cuyos inmigrantes no tienen intención alguna de adoptar sistemas de vida europeos, es una amenaza real. El cristianismo está siendo amenazado por una religión intolerante y represiva con la mujer. En RTVE se comentan aspectos de este tema, culpando de todo a la “ultraderecha” por intentar regular las normas de ingreso de inmigrantes ilegales. Los comentarios de los panelistas son absurdos. La miopía de la mayoría de los gobiernos europeos es impresionante. Solo hablan de centros de acogida, de derivación de inmigrantes a otras regiones, sin considerar la opinión de quienes verán afectada su seguridad y su entorno. Mirando a la distancia, llama la atención la ingenuidad con que se analiza el tema migratorio. 

Europa debería prohibir la inmigración ilegal poniendo obstáculos efectivos y perseguir a las mafias detrás del proceso migratorio ilegal. Los líderes europeos deben ocupar su tiempo y sus recursos en mejorar las condiciones de vida de los países que generan la inmigración ilegal. Liberalizar normas de inmigración es un total engaño, pues no se resuelve el problema en el origen y se complica tremendamente la vida de los europeos. El argumento de los derechos humanos es una falacia, pues la permisividad resuelve parcialmente el problema de unos pocos, pero no se resuelve el problema de millones. 

En varias ciudades importantes de Europa hay zonas impenetrables para la policía. La seguridad se ve afectada y los ciudadanos atemorizados ya no se atreven a salir de sus casas. Las estadísticas de detenidos dan cuenta que en muchos lugares el porcentaje de presos extranjeros aumenta sostenidamente. Cuando los líderes europeos se den cuenta de sus errores, ya será tarde. O se toman medidas ahora o el caos será una constante en Europa.