Letras Libres

El mar y sus heroínas

La arena gallega. Esa dorada joya de la costa formada por diminutas partículas de diferentes materiales desgastados y acumulada en la orilla. Testigo mudo de la historia y custodio de secretos compartidos entre las mariscadoras. Eco de un pasado donde la subsistencia y la finanza familiar se encontraba en el horizonte de la arena infinita. 

El arte del marisqueo a pie es una ocupación desarrollada principalmente por mujeres que, con destrezas milenarias transmitidas de generación en generación, sostuvo a familias enteras con esta ardua labor. Una fusión armoniosa de tradición, naturaleza, cultura y el respeto por la tierra, así como de sustento económico. 

Bajo la luna que gobierna las mareas y el sol como fuente de vida, las mariscadoras tejen un vínculo con la naturaleza. Un desafío ante el constante paso del tiempo y la marea, necesitando una perfecta armonización entre los ciclos de la luna y el calendario y que sólo se manifiesta cuando la marea se retira, revelando esos tesoros ocultos. Momento en el que descienden para investigar las playas con esas tradicionales habilidades. Una coreografía de paciencia, maestría y fuerza a la intemperie y en condiciones adversas de lluvia, viento, humedad y arena.  

Comienza al amanecer. Las mariscadoras llegan a la orilla cubiertas con capas y más capas de ropa e impermeables. Entre el fango y la arena trabajan sin respiro ayudadas por sachos, fouciños, angazos y otras herramientas, soportando el frío con resistencia y tenacidad. Con la carga de su tierra sobre los hombros, a pesar de las dificultades que conlleva el esfuerzo. 

Esta labor no consiste únicamente en sembrar, cuidar, vigilar y extraer, sino que además se ven obligadas a luchar contra el furtivismo, ese ser oscuro que se oculta en las sombras. Una tarea muy dura y exigente, en muchas ocasiones con beneficio reducido, si bien imprescindible para nuestra tierra. Un ciclo sagrado de vida y subsistencia, pues el mar las nutre y ellas nutren al mar.  

El marisqueo, un legado de conocimientos tejidos entre las mareas. Una tradición anclada en el alma de Galicia que sigue siendo una fuente de vida y una parte esencial de nuestro territorio cuya silente y poderosa contribución es incalculable económica, social y culturalmente. Un tesoro invaluable de la herencia gallega, del ecosistema y de la vida.