Crónicas de nuestro tiempo

Miedo a la crítica, ¡miedo a la verdad!

El gobierno, con la colaboración de toda la patulea de socios comprados y por supuesto cómplices de cualquier barbaridad que suponga obtener un precio, está dale que te pego a ver cómo endurece y persigue lo que ellos llaman "delitos de odio, bulos y fake news".

Detrás de ello, solo existe la intención de impedir o reducir las críticas a su nefasta y traidora gestión, amparados por una UE., en declive y complicidad con Lgtbiq+, culpable de todo lo peor que está  ocurriendo en Europa.

Las críticas con un lenguaje ofensivo, exagerado o soez, forman parte de la libertad de expresión. Siempre han existido y deberían seguir existiendo porque permite al lector valorar el grado de credibilidad del articulista o comentarista. Pero ahora, este gobierno, como otro añadido más a seguir prohibiendo como reflejo de la famosa ley de "Memoria histórica" con lo que han llamado 'Apología' refiriéndose a no poder mencionar nada que destaque las grandes obras de Franco, que fueron muchas y notables.., pretende enseñarnos educación, protocolo y respeto, justo de lo que carece.

Cuando esto pasa, siempre suele haber detrás algo ¡Siempre! Recordemos cuando la guardia civil o policía detenía a un terrorista de ETA, ¡Siempre! el asesino reclamaba -antes de orinarse encima- respeto legal con arreglo a sus derechos Constitucionales. Detrás del asesino meón, había miedo. Al delincuente, de delitos comunes o al maltratador, le sucede lo mismo cuando la policía le acorrala. Se entrega con sumisión doblegada por miedo a una buena hostia en los morros, como hacía la eficaz policía franquista con aquellos que disfrutaban haciendo daño y con aquellos que levantaban sospecha sin haber hecho nada ¡Por si acaso!

En este caso, al gobierno le sucede lo mismo que a los agresores discontinuos; tiene ¡Miedo! Miedo a la crítica voraz, veraz y real, porque prefiere que le censuren con cariño utilizando un lenguaje beato para evitar exabruptos que definan con vehemencia aquellas acciones injustas o malintencionadas a las que nos tiene acostumbrados.

Cómo es posible que un individuo llegado al poder con malas artes y malas compañías.., causante a sabiendas de miles de contagios y muertes por covid en aquel fatídico 8 de Marzo del 2020; con aquel falso Comité de expertos; con las falsas estadísticas de fallecidos; con las mascarillas inservibles; con inversiones fraudulentas; con su deshonesta honestidad permanente; con sus contradicciones sobre Podemos; con la mujer del presidente procesada por tráfico de influencias; con un hermano procesado por malversación; con ministros de mala reputación; con el fraude de la amnistía; con el pucherazo de los Eres; con su apoyo a dictadores de izquierda; con la ley de si es si; con las maletas de Venezuela; con el delito silenciado por Marruecos a cambio de dinero, promesas y el Sahara.., y así, múltiples razones para reprochar una ley amañada que pretende ajustarnos las tabas para tapar sus indecencias.., como es posible que la oposición no le instigue y denuncie constantemente en nuestro país e internacionalmente para dar notoriedad a lo que se avecina.

En el grupo de las expresiones soeces de fastidio se encuentran las interjecciones y los adjetivos expresivos. El crítico, a veces desea ofender directamente a quien acusa  utilizando términos para herir intencionadamente su sensibilidad como réplica a lo que para él significa nada más que una manifestación de impotencia frente a una acción real y perversa (.!.) Pues bien, para eso, están los tribunales sin necesidad de promover el rencor con leyes contra el odio, bulos o fakes para distraer sus amaños.

Los términos vulgares como componente expresivo, presentan una imagen descriptiva de la magnitud del hecho del que se acusa, y son fácilmente neutralizables mediante los medios de comunicación que actúan a las órdenes del gobierno, pagados con dinero de todos.

En ese escenario de "odio, fakes y bulos" penalizando la crítica o exageradas acusaciones, se encuentran trabajando de la mano Félix Bolaños y González Pons. Personajes ambos, muy poco de fiar en cuanto al acuerdo para la composición del CGPJ, y cualquier acuerdo de los muchos PSOE/PP, cuya trayectoria de odio, de uno y otro, ha quedado esculpida  en los anales de la historia, contra Vox, y todo aquello que les pueda afectar a sus intereses de partido o económicos, especialmente a González Pons, firme instigador ante la UE para que legisle contra quienes en Internet difundan lo que para él son mentiras, como sus intereses  personales y de su hijo en Huawei; o la defensa del gas ruso en la UE, siendo su hijo representante de Gazprom, además de colaborar en la empresa "Acento" lobby cuya actividad resulta de cobrar a las empresas por acercarlas a quienes toman decisiones en Organismos de gobiernos central, regionales o locales, donde están de jefes Pepiño Blanco (PSOE) y Alfonso Alonso (PP)y otra decena de miembros de PSOE y PP. Todos a cual más corrupto.

Por eso resulta muy importante doblegarnos bajo amenaza delictiva para que la ciudadanía no participe de información puntual, sesgada, errónea o acertada sin poderla acreditar.

La corrupción del PSOE y PP, ha sido y será moneda de cambio para ponerse siempre de de acuerdo en aquellas decisiones que hoy por ti y mañana por mí, seguirán siendo vigentes mientras el Pp se mantenga en ese limbo tibio, en función de lo que interprete el galleguiño republicano.

No ha habido mayor número de bulos y mensajes de odio, que los protagonizados por Sánchez y sus secuaces. Por eso dice el sabio refrán aquello de "Dime de qué presumes y te diré de qué careces".

Sánchez, en el pasado reciente, cuando todavía no había alcanzado cotas de conducta deshonrosa y comenzaba proclamando su intachable honestidad y su lucha por la decencia, fue un personaje de firmes convicciones utilizando expresiones fervientes con un tono furibundo que enardecia exaltación y pasión. En cambio hoy, le vemos cómplice de un lenguaje melifluo casi evangélico, pretendiendo destacar el flema apacible para envolver mejor a su chamuchina que oye y no escucha; que mira y no discierne.

Al igual que con la desaparición del dinero físico, este gobierno nos quiere controlar absolutamente todo, incluso nuestro derecho a decir sandeces, verdades, ocurrencias o supuestos embustes, antes de que se demuestre que era cierto. 

Medidas de este tipo ya se han puesto en marcha en otros países, como Francia, Canadá,Turquía o Filipinas, habiendo provocado fuertes críticas por parte de periodistas y organizaciones alegando que suponen una amenaza para la libertad de expresión.

El parlamento francés capitaneado por un Macrón (de dudosa normalidad, de pensamiento y ética) aprobó una ley contra “la manipulación de información” en períodos electorales, conocida como “ley de las fake news”. La legislación multa con un año de prisión y 75.000 euros a aquel que la viole.

En conclusión, vemos como la Agencia de Protección de datos, lo que menos protege son los datos. Vemos como desde Internet, podemos averiguar patrimonios, domicilios e información confidencial de cualquier persona. Vemos la facilidad que el gobierno otorga a quienes quieran robar temporalmente viviendas, o esos migrantes ilegales que además de mantenerles con nuestros impuestos nos asaltan. Vemos como se degenera la Fiscalía y tribunales como el Constitucional. Vemos como los pacíficos, perdemos derechos que son transferidos a los violentos, siempre que sean comunistas, homosexuales, mujeres o migrantes. Y ahora, nos toca ver, cómo el gobierno nos pretende dejar decir sólo aquello que no sea sospecha o ficción y podamos demostrar, mientras ellos engañan con impuestos, promesas y acusaciones falsas.

Cada vez nos acercamos más y más a la visionaria novela de George Orwell "1984" donde el gobierno esclaviza al ciudadano al estilo de la antigua Rusia, para convertirnos en sumisos innobles.