Crónicas de nuestro tiempo

La Tercera Guerra Mundial se esta cocinando

La estrategia de Putin, a No ganar rápidamente el conflicto con Ucrania, ha dado lugar a una mayor intervención occidental y una precipitación progresiva del suministro y uso armamentístico de alta respuesta contra Rusia, tal y como suponía que ocurriría el líder soviético. Y eso que ya esta sucediendo, otorga a Putin un derecho de ataque que posiblemente lo haya contemplado, y que podríamos lamentar a muy corto plazo.

El secretario general de la OTAN y el primer ministro británico han dado luz verde a que Ucrania dispare misiles de largo alcance, que Zelensky podría disparar al corazón de Rusia. La luz verde está sujeta al veto de Washington. Zelensky, el dictador ucraniano cuyo mandato como presidente ha expirado, estuvo recientemente en Washington presionando al régimen de Biden para que dé su aprobación.

¿Qué es lo que quiere Zelensky?
Este actor cargado de protagonismo, quiere internacionalizar y salpicar a todo Occidente con un conflicto de guerra que debería haberse continuado renegociando con Putin, antes que sea demasiado tarde, para asegurar que si lo que quiere Putin, es anexionarse una región prorrusa, atenazada por Ucrania desde hace una década por buscar la independencia de Donetsk y Luhanks.., se debería comenzar  una tregua de guerra con la intervención de la UE y EEUU, por el bien de Ucrania y Occidente para negociar un acuerdo mejor o peor, pero un acuerdo, que evite seguir viendo cada día, ciudadanos inocentes y familias enteras caer en la desolación de ver muertos a los suyos por los ataques y bombardeos.

Si el régimen de Biden da el visto bueno, Europa, Estados Unidos y Ucrania serán atacados aunque haya respuesta, y ello dará lugar a una tercera guerra prácticamente mundial.

Esta es, la declaración de Putin: “La agresión contra Rusia por parte de cualquier estado no nuclear, con la participación o el apoyo de un estado nuclear, debe considerarse un ataque conjunto contra la Federación Rusa”.

Por lo tanto, estamos ante un conflicto interminable que atrajo a Occidente a una participación cada vez más comprometida y provocadora que poco a poco  escala fuera control sin darse cuenta nuestros dirigentes que cuando la herida es demasiado grande, sólo cabe cortar por lo sano y extirpar. 

Hasta ahora, todo lo que Washington dijo que no se haría, se ha hecho. La última línea roja es que la OTAN envíe misiles para que el actor se los mande a Rusia. Si esto ocurriese, que nadie dude que Europa y Estados Unidos sufriremos los efectos colaterales de la destrucción, la ruina económica, el desabastecimiento, el miedo, las sirenas, los robos, los refugios, la huida.., ¡El caos!!

Recordemos que fue Trump quien quería normalizar las relaciones con Rusia. El loco director de la CIA llamó al presidente de los Estados Unidos “traidor”. El propio Departamento de Justicia de Trump, el FBI y los medios de comunicación estadounidenses, junto con Hillary Clinton y el Partido Demócrata, fabricaron un caso Rusiagate contra Trump, presentando  dos falsos juicios políticos contra él, tramando el caso de las strippers, el caso de los documentos y una “insurrección”. Mil estadounidenses que ejercieron sus derechos de la Primera Enmienda fueron sentenciados a prisión por un Departamento de Justicia totalmente corrupto. Una vez que Trump anunció una segunda campaña para la presidencia, las falsas acusaciones se convirtieron en acusaciones falsas.
Todo esto se hizo para evitar la paz con Rusia.

Si hay paz con Rusia, el complejo militar de seguridad pierde a su enemigo, lo que significa su poder y su presupuesto. Por eso, la industria armamentística es dirigida por grandes políticos financieros, que saben perseverar con nefando discurso, en aras de incitar los ánimos para seguir engordando los resultados de sus industrias a cuenta de vidas humanas. 

Ahora, los estadounidenses de relleno y consumo que votan a los demócratas, podrían traernos una tercera guerra mundial, que sólo Trump puede parar poniendo a Zelensky en su sitio y a Putin en el diálogo.

Quienes odian a Tramp, porque dicen lo que han oído a otros y ven en las televisiones sus excéntricas escenificaciones, se dejan llevar por un comportamiento poco ortodoxo que se asemeja a lo mismo que hacen hoy día la mayoría de esta estirpe, sin valorar que sus antecesores alimentaron conflictos y pérdidas económicas que Tramp posteriormente supo reconducir por el camino de la paz, el orden, el patriotismo y el orgullo americano.


Lo cierto es que no deberíamos perder de vista, el interés de la industria armamentística, por probar el arsenal de armas y tecnología que solo en el campo de batalla resulta imprescindible experimentar para evaluar la capacidad del daño y los recursos del enemigo. Luego llegará la reconstrucción y con ello, una deuda ucraniana a los países aliados suficiente como para mantener por muchas décadas a ese país sometido a sus acreedores.., y todo, para que Zelensky, un actor llegado a la política con discurso populista, se haya sentido el protagonista mundial en un escenario indeseado sobre una población cargada de muertos, ruina, sufrimiento, miedo y deuda.