Símbolos sin tiempo

Un verano caluroso

El verano está más caliente que nunca y por eso las noticias son férreas y taimadas ante tanta adversidad que se ha ido precipitando sobre la marcha. Tenemos frente a nosotros las últimas secuencias de Maduro, de Venezuela y de todos los individuos sin alma que alientan a Maduro y jalean a Maduro; de la guerra de Ucrania y los drones contra Moscú, del ertzaina detenido que se registró como mujer sin cambiar, ni siquiera su nombre, y aprovechó esa coyuntura para agredir a su pareja; de las declaraciones de la ministra Montero que aseguran que Cataluña no dispondrá de “concierto económico” mientras ERC amenaza al PSOE con no votar los presupuestos, del crimen de Mocejón o de que, presuntamente un peregrino extranjero aprovechara su paso por el Camino de Santiago para prender fuego y quemar 800 hectáreas de monte legendario en la Tierra de los Maragatos… 

¡Maldito Peregrino!

Es insólito que el verano traiga consigo noticias como estas. 

También es sorprendente enterarse de que la famosísima “Ley de Igualdad” tan mal hecha, tan mal pensada, tan mal redactada y tan mal tramitada, podría facilitar el despido de trabajadores con adaptación de jornada para la conciliación familiar. Mientras que los políticos que la idearon siguen viviendo - sin escrúpulos - de la política.

Es sorprendente que la política intervenga en todos los detalles de la vida para hacernos sopesar si merece la pena la política y si los políticos son ejes dinamizadores de nuestra sociedad o seres inútiles que se dedican a entorpecer ante cualquier ocurrencia. Porque lo último de lo último es que en un inventario de Medio Ambiente de la Junta de Castilla y León se asegure que se han incrementado notablemente las manadas de lobos y que no aprovechen la ocasión para atraer a un turismo de calidad que podría estar interesado en ver y fotografiar alguna de ellas. Es como si en el Masái Mara o en el Serengueti hicieran lo mismo recontando los leones porque les parece que ya hay muchos o en Bengala se hiciera algo parecido con los tigres. Seguramente pondríamos el grito en el Cielo. 

El calor, de momento y afortunadamente se sigue extendiendo, pero el verano sofocante ha secado la sesera de algunos de los que dirigen el cotarro. 

Mientras tanto es triste que Maduro siga blandiendo un poder que no le quisieron dar los electores y que lo utilice para detener a inocentes y matar a sangre fría, y que la viruela del mono sea otra de las noticias del verano. No nos falta de nada.