Crónicas de nuestro tiempo

Vivir muriendo

En mi artículo anterior "Última hora desde Venezuela"  lamentablemente pronostiqué lo mismo que vengo augurando desde que Sánchez tomó el poder asaltando las Instituciones, comprando voluntades y blanqueando el crimen:

《Evidentemente, cuando el criminal anuncia derramamiento de sangre, no se refiere a si gana Edmundo y Corina. Se refiere a si gana él con trampas. Dando por hecho las revueltas y manifestaciones que con cruel mano dura su policía del terror ha de reprimir sobre una población pacífica, infiltrando sujetos con encargo de sangre para asediar y doblegar al pueblo. Artículo 28/07/2.024 Diario de Madrid》

Intuir y pronosticar el grado de criminalidad juzgando signos, conductas y mentiras, no es complicado para quienes no padecemos los complejos y el optimismo esperanzado de esos que solo reaccionan cuando ya es tarde, porque sabemos que los cementerios están llenos de esos mismos cobardes que con su educada mansedumbre facilitaron la agresión y masacre progresiva de estas alimañas, que cuando ya es tarde, resulta imposible sacarles del poder sin un coste de vidas lamentable, como ocurrió en nuestra guerra civil que afortunadamente se terminó ganando para devolvernos un estado de progreso donde España ocupó el puesto número ocho entre las economías más avanzadas, lo que se conoció como "El milagro español".

Los venezolanos que fueron viniendo a España huyendo de los criminales bolivarianos que empezaron a gobernar bajo las mismas artes que la banda sanchista, no han parado de advertirnos sobre el diseño análogo de la estrategia; el resultado y finalmente el exilió  -solo para quienes pudieron escapar-  y con ello.., lo mismo que les pasó a los pobres cubanos sometidos a los criminales hermanos Castro, amigos de Felipe González; ese cínico socialista que nos gobernó del 82 al 96 y que hoy es rico y protagonista  de uno de los robos más notorios de la historia, legalizado por él y sus secuaces al estilo Constitucional de Pumpido, con las empresas del grupo Rumasa, expropiado al estilo chavista, y revendido a sus amigos (.!.)  y que ahora, con absoluta impunidad subsidiaria nos costará en torno a los 12.000 millones de euros.

Tras el fraudulento triunfo del tirano Maduro a manos de un recuento amañado de la mano de nuestro malvado Joker, (vergonzosamente español) vamos a oír a partir de ahora, un notable aumento de suicidios, manifestaciones sangrientas, disturbios constantes, atentados y estados de excepción, sin descartar una guerra civil y la huida de Maduro a España por razones humanitarias de sus correligionarios sanchistas, con un asesino que les ha servido de maestro de oficio para el asalto a las Instituciones, medios de comunicación, sometimiento y persecución de jueces, cohecho parlamentario y sumisión popular indiscriminada de quienes se manifiesten en contra.

Venezuela, hoy por hoy, se encuentra entre el umbral de una guerra civil o el camino que llevó a los cubanos hasta la ruina más humillante y corrupta de todo un país de millones de habitantes que no pudieron revelarse contra uno de los mayores dictadores de la historia, arropado por la izquierda mundial que como sabemos, han sido son y serán el mayor peligro que se cierne sobre la humanidad en nombre del falso progreso y ahora los movimientos "Woke y lgtbi+q".

En situaciones de esta magnitud, es donde nos damos cuenta que ni la UE ni la ONU, sirven para otra cosa que no sea alimentar con sobresueldos a toda esa patulea de vagos con Rolex que mantienen la estabilidad mundial a base de intervenir cuando los intereses económicos afectan profundamente a alguno de esos 5-7 países que dirigen el rumbo del mundo.

A Venezuela solo le puede salvar  -como ocurrirá en España cuando ya sea tarde-  la soberanía de un pueblo dispuesto a salir a la calle armado con palos, para dar la vida antes que ver a sus hijos vivir muriendo.