Bomberos

Así se actúa en el nuevo plan de protección de bienes culturales

La Comunidad de Madrid ha realizado un simulacro de incendio en sus edificios históricos para desplegar su nuevo protocolo. 
COMUNIDAD DE MADRID

Foto: D.Sinova
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La Comunidad de Madrid ha realizado un simulacro de incendio en la Iglesia de Santa Catalina y el Museo Etnográfico de Villamanta, con el fin de poner en práctica su plan de protección de bienes culturales. Este ensayo contó con la presencia de los consejeros de Medio Ambiente, Agricultura e Interior, Carlos Novillo, y de Cultura, Turismo y Deporte, Mariano de Paco Serrano, quienes supervisaron el desarrollo del operativo.

Este sistema, pionero en España, utiliza fichas de salvaguarda que proporcionan información esencial para preservar el patrimonio y las obras de arte en caso de desastres. Novillo destacó la importancia de estos simulacros para asegurar una coordinación eficaz entre los distintos servicios de emergencias, mientras que De Paco Serrano subrayó la prioridad del cuidado y protección del patrimonio cultural madrileño.

Actualmente, 102 lugares en la región cuentan con este tipo de herramientas preventivas, que clasifican los bienes muebles según su prioridad de evacuación o protección in situ, y describen cómo proceder en caso de intervención, incluyendo características del inmueble y sus sistemas de seguridad.

Coordinados por la Agencia de Seguridad y Emergencias Madrid 112 

El simulacro de incendio ha sido un despliegue coordinado por la Agencia de Seguridad y Emergencias Madrid 112 (ASEM112), involucrando a diversas fuerzas de emergencia y personal especializado. Entre los participantes estuvieron el Cuerpo de Bomberos de la Comunidad de Madrid, el Equipo de Respuesta Logística Inmediata de Protección Civil ante Emergencias(ERIVE), el SUMMA112, la Policía Local, la Guardia Civil, Protección Civil y técnicos de la Dirección General de Patrimonio Cultural.

El dispositivo desplegado fue robusto, con la participación de 17 bomberos que trajeron vehículos especializados, como autobombas y drones, y la colaboración del ERIVE, que contribuyó con 15 voluntarios y una ambulancia, además de instalar carpas para triaje, empaquetado y transporte de los bienes culturales rescatados.

El simulacro simuló un incendio en el coro de la iglesia, que se extendió a la cubierta y alcanzó el campanario. Las pavesas incluso afectaron al cercano Museo Etnográfico. La Policía Local detectó inicialmente el fuego y dio aviso al teléfono 112, lo que activó la respuesta coordinada de los bomberos y otros servicios de emergencia. 

Los bomberos no solo extinguieron el fuego, sino que también pusieron a salvo valiosos objetos artísticos catalogados. Estos fueron trasladados fuera del edificio para su clasificación y posterior custodia por la Guardia Civil y el ERIVE, que los llevó a instalaciones municipales. Aquellos objetos demasiado grandes para ser evacuados fueron protegidos por los bomberos siguiendo protocolos específicos para evitar daños por fuego o humo. Este simulacro reforzó la importancia de una respuesta bien organizada para preservar el patrimonio cultural en situaciones de emergencia.