La mirada de Ulisas

Alianzas y compromisos que nos eleven donde la sabiduría nos colme de sonrisas

Bella Clara Ventura
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LA MIRADA DE ULISAS piensa que existen locuras y excentricidades en el mundo como: el querer cambiar la gramática y hacerla al antojo de los tiempos. Vemos que se enredan ciertos valores y principios de la existencia que le ofrecen coherencia a la vida. Las propuestas distorsionan el orden establecido, que le da dimensión a la palabra y a un contexto social. Fisgonamente mi mirada siempre despierta, que pretende estar activa en permanencia, cayó sobre un texto que le produjo gracia. Anhelo reproducirlo y compartirlo para que constatemos las aberraciones que se pueden cometer cuando el descontrol arriba a nuestras puertas. Sabe tocarlas y muchas veces logra entrar como lo proponen las nuevas olas que ocupan espacio y desconcierto. Lo anexo tal cual lo leí y creo que a ustedes, queridos lectores, les causará un efecto similar:

“IDIOMO"
Si no tiene "dío" el día,
y el trigo no tiene "triga",
ni existen las "gobernantas",
tampoco las "estudiantas",
ni "hormigo" entre las hormigas.
Aunque lo intenten, comprar
con millones y "millonas"
un trono no tiene "trona"
ni "jaguara" has de llamar
a la hembra del jaguar,
y aunque el loro tenga Lora,
y tenga una flor la flora
mi lógica no se aplaca:
no tienen "vacos" las vacas
ni los toros tienen "toras".
Aunque las libras existan
con los libros no emparejan,
y tampoco se cotejan
suelos, que de suelas distan,
por mucho o "mucha" que insistan
mi mano no tiene "mana",
no tiene "rano" la rana
y foco no va con foca,
ni utilizando por boca
al masculino de Ana.
Autor Roberto.

No sé si el autor lo haya hecho exprofeso de no colocar su apellido, pero yo lo transcribo tal como lo recibí y lo leí. Me pareció importante darle visibilidad ya que es una forma de burlarse de lo que está aconteciendo bajo nuestras miradas, sin poder detener procesos a veces tan ilógicos como el querer nombrar todo en femenino. Los derechos de la mujer no se basan en el lenguaje sino en las acciones y conquistas que logremos. Por ello, mi mirada es altamente femenina y tomé la mirada de Ulisas como referencia a mis artículos para que vean que defiendo a la mujer de una manera precisa y cordial, en vez de la de Ulises, bien conocida por todos que mantiene otro sesgo u otros intereses. La mía, que es un atisbo propio, se quiere altamente femenino, pero no con ese feminismo a ultranza que pierde la cordura y la posibilidad de una sana convivencia con el hombre, porque se carga de venganza. En la relación no se trata de competencia de fuerzas sino de unirlas para equilibrar el Yin y Yang para alcanzar la sabiduría de poder interactuar con cabeza y corazón adecuados y listos a la entrega del otro. Sin importar si es hombre, mujer, niño, anciano o una persona que de paso no comulgue con nuestras ideas. Es poder tener una apertura de mente que no confunda, sino que une espíritus solidarios y atentos a servir de forma adecuada y justa. La justicia debe ser el modo preponderante de establecer los nexos entre los individuos, consideradas personas que debemos respetar y tolerar, sin buscar desbancar a nadie sino darle su lugar en la sociedad. Y traigo a colación otro texto que complementa mi posición: “Aprendí a defenderme sin utilizar la venganza. Aprendí a perdonar sin guardar rencor. Aprendí que no vale la pena guardar cosas innecesarias en el corazón”. Y si no me equivoco, en la visión del mundo, el buscar venganza o desplazar al otro se asocia a un contenido de revancha. Debemos buscar alianzas y compromisos que eleven la conciencia de un mundo más altruista, donde la sabiduría nos colme de sonrisas.