La mirada de Ulisas

Apoderarse del mundo por asalto y el terror como medio de vida

Bella Clara Ventura
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LA MIRADA DE ULISAS obsesionada con lo que le está ocurriendo al mundo, anhela darle fuerza a su voz y conmemorar el dolor del 7 de octubre en Israel. Esa masacre que deja en absoluto desconcierto. ¿Por qué atacar un concierto con su bella gente? Un momento histórico dedicado a la paz que reunía a tantos adeptos para alcanzarla con sus cantos y sus acciones. Una mirada que no esconde su temor atrincherado en la observación de lo que puede seguir sucediendo en tantos campos de batalla que se le abrieron a Israel. Nación que sólo busca defender su existencia y a sus ciudadanos, sin importar si son cristianos, judíos o musulmanes. Reflexiones que me autoriza el hecho de ser testigo al encontrarme precisamente en el corazón de los acontecimientos. Lo que en cierta forma me permite de primera mano entender realidades: conocer el mecanismo de la desinformación de ciertos medios que deberían ser ecuánimes e imparciales. Por algún motivo no quieren o no pueden ver la verdad quizá debido a un interés, que los amarra a difundir falsedades o realidades a medias. El deber de buscar el meollo de todo asunto le corresponde a cualquier periodista o gobernante en primera instancia, pero también debe ser el derecho de todo ser humano para no andar o permanecer en la cuerda de lo innegable e irreal. Un curso que señala el camino para no caer en lo disfrazado o en el vacío. Es un cargo de conciencia que salta a la vista el no ver lúcido o el querer tambalear en la cuerda floja. Implica que debe ser prioritario el investigar los sucesos que corresponden a la realidad sin el matiz tinturado de un interés personal. Pero, bien sabido es que muchas veces los individuos y algunos gobernantes  encargados de velar por un orden se dejan seducir por dineros o apoyos que, a la postre serán los verdugos de su propio invento. Los terroristas se quieren apoderar del mundo por asalto. Hacerlo suyo es su lema y su propósito bien develado en discursos incendiarios que no aceptan los valores occidentales o del progreso de la Humanidad. Autócratas y opresores que quieren imponer a la brava sus “valores”, si es que el tener a la mujer subyugada, al homosexual con pena de muerte asegurada y al disidente fuera de combate con diabólicas técnicas que ni el Marqués de Sade hubiese inventado o aprobado, sea considerado un conjunto de valores que correspondan o identifiquen a una sociedad en búsqueda de justicia y equidad. La barbarie quiere imponer su desalmada carrera a toda velocidad, una lucha contra el tiempo con la bota pisando duro no sólo a su gente sino al mundo. Y ciertas corrientes políticas se hacen las desentendidas. Los tentáculos que ya han establecido en este declive son como los del cáncer. Llevan metástasis por doquier y al cuerpo lo dejan bajo el dominio de la enfermedad o del mal.

Para mí, como la mirada que soy y quiero seguir siendo, ver esos conceptos que nada tienen que ver con mis propios valores, aunque sólo sea una mirada que carga en ella principios y valores que me hacen ser un atisbo lúcido y entendido, me obligan a puntualizar la base del problema. No en vano he estudiado la situación mundial para comprender desde mi visión sin ataduras que también la conducta de esta oscuridad que se cierne sobre varios países son los brazos, bien armados del narcotráfico internacional. Genera riqueza indebida pero fenomenal. Por lo tanto, se toma el poder, un poder para joder con la presencia y suficiencia de organizaciones delictivas y la de los gobiernos dictatoriales. Al perder la moral que debe regir cada existencia, las personas buscan enriquecer sus bolsillos sin medida y sin pensar en el bienestar del pueblo. Una situación que los tiene sin cuidado. Representan las figuras que sólo quieren triunfar con intenciones de crear mundos paralelos y oscuros. Se asocia con las bajezas que se le conoce al hombre cuando cae en los abismos de la inconsciencia. Se adormece de tal manera que se inscribe en el episodio bíblico cuando Dios le endurece el corazón al faraón. ¡Cuántos corazones crueles estamos viendo! La historia se repite para que ahondemos en ella y evolucionemos con estandartes ligados a conceptos que atañen al respeto y a la tolerancia. Valores que deben regir las democracias, donde el pueblo tenga expresión y las instituciones se basen en leyes y doctrinas que conduzcan a una sana convivencia y no a la fuerza bruta que ejercen los dictadores. No son pocos y se reconocen por sus métodos. Saben aplastar y arrollar la disconformidad que crean en su entorno y hacerse a la soberanía única y despótica. Disponen de excelentes métodos para amordazar la discrepancia que tanto les molesta y que puede llegar a desestabilizarlos. Por medio de procesos maquiavélicos saben tiranizar a la población. Imagino cuantos inocentes libaneses han sido víctimas de verse forzados a instalar en sus hogares elementos bélicos debido a la fuerza amedrentadora que ejercen los terroristas. La armada israelí en defensa propia y de sus ciudadanos se ve obligada a volar sus casas para evitar otros ataques programados como el del 7 de octubre con túneles y armas, que el mundo quiere ocultar bajo falsas difamaciones. En este conflicto el auténtico entramado trata de la supervivencia del Occidente versus la imposición de un Oriente que se quiere nefasto. Aplica sin reparos de ninguna clase el terror como medio de vida. Menos mal que tampoco cuenta con la absoluta colaboración de otros compatriotas musulmanes. Aprenden con lógica a desnudar la verdad para lograr el cambio sideral que anhelan. Entre ellos también existe la inteligencia que permite al Occidente ver más claro sobre lo que está acaeciendo. Hay que abrir bien los ojos antes de que sea demasiado tarde. Esos fanáticos delirantes de imponer sus creencias le dijeron al mundo que tendrían la paciencia y la voluntad, porque por el vientre se harían dueños y señores del mundo. Y lo han cumplido a cabalidad con el número de nacimientos, mientras padres más conscientes de lo que implica la educación y el desarrollo de un hijo, sólo anhelan tener hijos que estén en capacidad de educar bien. Occidente decrece mientras Oriente crece con una población sometida, donde la mujer es considerada un factor de reproducción sin ningún derecho adquirido. Con sólo deberes e imposiciones que la vuelven esclava de su tiempo y su espacio. Esta problemática mi mirada la ha denunciado en varios artículos, porque la preocupación es magna y debe ser escuchada antes de que las tinieblas arrastren a nuestro planeta al caos o la destrucción. 

Mi mirada de Ulisas, que viaja por diversas culturas, desea alertar a los que aún duermen, aquellos están confundidos o que mantienen conceptos erróneos o equivocados que, si no se despiertan a tiempo, el tsunami del error puede atacar de modo irreversible y dejaría a la Humanidad en ese apocalipsis. Un desastre tan receloso con vientos adversos cargados de decadencia y de la desaparición de nuestros valores, tan luchados durante siglos. Dolorosas conquistas que prometían un mundo más vivible y armónico. ¡Qué nos espera! 

Quiero despertar y saber que todo esto fue sólo una pesadilla que promete mañana un sueño feliz en otro amanecer de la civilización y de la conciencia universal. Y que los secuestrados ya han regresado a sus hogares con mucho que denunciar y contar sobre su agónico cautiverio. Es hora de abrir bien los ojos, como trato de dejarlos en mi haber. Soy la mirada de Ulisas que no los cierra nunca a la verdad y al dolor de la Humanidad.

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