Como estudioso de la novela española de posguerra, que comprende una primera etapa en la década de los 40 llamada tremendista, y una segunda correspondiente a los años 50 llamada realista (se vuelve al Realismo social de finales del s. XIX), se preguntarán el porqué de este artículo... ¿Es tan importante para mí? La verdad es que sí, ya que cuando hace unas décadas cursé COU y posteriormente estudié Filología Hispánica, con la novela de posguerra disfruté. ¿La razón? Considero que esta novela de posguerra fue una etapa muy prolífica para las letras españolas, de gran sentimiento anterior. En la etapa tremendista de los años 40, caracterizada por una visión agria y mísera, destacaron obras importantísimas como La familia de Pascual Duarte de Camilo J. Cela, La sombra del ciprés es alargada de Miguel Delibes y Los Abel de Ana María Matute. En esta época tremendista los temas son la muerte, la soledad, la inadaptación y la frustración, con personajes marginales, desarraigados, desorientados y angustiados. En los años 50 el tremendismo se convierte en realismo, y eso significa, bajo mi opinión, una escritura con más objetividad, ya que personalmente creo que siendo más objetivo la producción literaria es mayor. En los 50 destacan libros como El fulgor y la sangre de Ignacio Aldecoa, Las ratas de Miguel Delibes, La Colmena de Camilo J. Cela y El Jarama de Rafael Sánchez Ferlosio. Los grandes temas de este realismo de los 50 son la soledad social y el recuerdo de la guerra, y es de destacar que los protagonistas de las novelas no viven una soledad individual, la comparten socialmente, es decir, a lo que me refiero es a la creación de grupos, círculos y barrios : un ejemplo de ello es El Jarama del gran don Rafael Sánchez Ferlosio, autor que admiré desde muy joven.
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