Sobre dogmas y consignas

Cuatro días

Hoy, cuatro días después de esta tragedia, Pedro hace unas declaraciones conmovedoras: “El gobierno está preparado para ayudar a los damnificados”.  Está preparado.  A los cuatro días. Simplemente. Preparado para actuar. ¿Cuando? ¿Cómo? Qué eficacia. Qué reconfortante afirmación. Cuatro días de angustia.  De desolación. De muerte. Conocida ya una situación tan grave, el gobierno no tiene tiempo para tonterías como tratar de paliar en lo posible el desastre. Únicamente lo tiene para votar el reparto de los puestos clave de RTV entre los amigos. Entre los compinches. Solo votar.

A este primer desprecio a los atrapados en el horror, han seguido varios más. Por ejemplo, las declaraciones de la portavoz de Sumar que, ante la pregunta de un periodista de qué pensaban hacer para ayudar en esta coyuntura, afirmó: “los diputados no estamos para achicar agua.” No sé en qué estaba pensando ese periodista al hacer tal indagación. A mí ni se me ocurriría pensar que alguien tan elegante y pulcro, manche sus valiosas manos, tan ocupadas en tan altas tareas como la de apretar determinado botón cuando se lo ordenan, con algo tan banal como lo que estaba sucediendo. Lo importante es lo importante. Ya a los dos días Pedro se digna ir a una de las ciudades afectadas, pero sin pisar una calle, sin hablar con nadie ni sentir su pena. Solo para hablar ante los periodistas- lejos del barro y la desolación- y hacerse la foto. Lo peor es que el sonriente alcalde, que le mira arrobado, le da las gracias por haber ido tan pronto…sic.

Menos mal que algunas empresas y la plebe se han preocupado desde el primer momento de paliar en lo posible la situación. El ejército clamando en los cuarteles para que los dejasen ir a los puntos críticos, pues están siempre preparados para eventos de esta clase. Fundación La Caixa poniendo a disposición de los damnificados de Valencia, Albacete, Cuenca y Cádiz 5.000.000. Repsol 1.000.000. Inditex 4.000.000. Apple 5.000.000. Banco de Santander 2.000.000. Telefónica 1.500.000. Los voluntarios por miles, andando durante quilómetros, llevando agua, alimentos, ropa y utensilios para limpiar. Trabajando durante muchas horas mientras este altruista gobierno que trabaja y se sacrifica por el pueblo, se ocupa solo- como siempre- de conseguir más prebendas y riqueza, sin mover un dedo por aquellos a quienes tiene que defender. ¿Quién dijo aquello de que el enemigo está en casa?

 Cruz Roja. Save the Children. Cáritas. Bancos de alimentos. Fundación de Atención Integral a Enfermos. Amazon. Comunidades enviando alimentos, medicamentos, maquinaria y personal sanitario de todo tipo. Estos y muchos más. Todo ello a los dos días. Todo esto sin declaraciones de salvador de la patria. Todo esto como ayuda desinteresada.

Todo esto sin cinismo.