Andanzas. Vivencias. Poesía.

España en el corazón

Antes de pisar su suelo, España estaba ya en mi corazón. Mis padres, educadores ambos, inculcaron en nosotros, sus cinco hijos, el amor a la Madre Patria y su legado: nuestra lengua, nuestras tradiciones, nuestra fe. Existe un vínculo entrañable y perdurable con España como parte esencial de nuestra identidad colombiana, hermanada a la identidad de los países de Nuestra América. Yo disfruto de la música española, del saber de sus escritores, la riqueza de sus poetas, la originalidad e impacto de su arte, sus ciudades, sus bellos paisajes, sus vinos y su gente.

La biblioteca de mi padre tenía una amplia muestra de la literatura española. Allí tuve mi primer encuentro con Don Quijote y su bien amada tierra manchega. Muchos años más tarde dictaría yo cursos sobre el Quijote a estudiantes universitarios en los Estados Unidos. Compartíamos las muchas lecciones de vida que Don Quijote nos daba. Nos advierte el gentil caballero que “es locura ver la vida tal cual es y no como debiera ser”. Y que “No hay mayor locura en un hombre que renunciar a sus sueños”. Las colosales hazañas de nuestro caballero nos hacen reír y llorar. La historia de su vida es la más alegre, y a la vez, la más triste que pueda contarse. Ama la libertad y la justicia, y ama a la sin par Dulcinea. Para él, los libros son más valiosos que las perlas. Y nos advierte que para triunfar en la vida hay que tener entendimiento, coraje y voluntad.

De jovencita me encantaba ir a fiestas y era feliz bailando al son de nuestros ritmos latinos y boleros románticos. Pero un momento culminante en la fiesta era cuando sonaba un alegre pasodoble y bailábamos dichosos, eufóricos. España nos ofrecía su corazón. Además, mis hermanos y yo éramos fanáticos de las zarzuelas. Cantábamos con gusto las sentidas romanzas y los coros fabulosos de “Los Gavilanes”, “El rey que rabió”, “Luisa Fernanda”, “La canción del olvido” y muchas más. Las veíamos representadas en el gran Teatro Colón de Bogotá. España nos regalaba veladas de ensueño.

Anhelábamos desde ya ir a España, la tierra de nuestros antepasados. Un curioso pariente se dio a la tarea de hacer un rastreo de nuestros ancestros españoles. Descubrió que la familia de mi padre, Castro / Barrera, había llegado a Colombia en el siglo XVII, provenientes de la ciudad de Antequera. Y a esta ciudad andaluza viajamos en busca de “nuestros primos”. Nos hospedamos en el Paradero y orgullosos disfrutamos de la historia, arte, belleza y gastronomía de la ciudad.

España me abrió sus puertas cuando llevé a mis estudiantes universitarios, norteamericanos, para que vivieran una experiencia inolvidable. Se hospedaron con familias españolas en Segovia (1984) y en Salamanca (1992). Esta convivencia los llevó a disfrutar del afecto de familia, a hablar en español y a conocer un nuevo mundo. Los estudiantes tomaron cursos en la Universidad de Salamanca, y juntos realizamos excursiones a los castillos, a las bellas ciudades castellanas y andaluzas y cruzamos el Mediterráneo hasta las costas africanas. España se ha quedado para siempre en el corazón de estos jóvenes. Un estudiante me decía que su vida se había dividido en dos partes: una, antes de España y otra después de España.

En mi vida profesional se me considera Hispanista. Tengo un doctorado de la Universidad de Emory en Atlanta, Georgia. Mi tesis doctoral versó sobre la obra de Federico García Lorca: poesía, teatro, ensayo, música y arte, dirigida por el escritor español, Carlos Rojas. Nunca publiqué mi disertación, sin embargo, publiqué varios artículos y di conferencias en congresos literarios. Mi estudio sobre el poema lorquiano, “Oda a Salvador Dalí”, tuvo mucha acogida por la crítica. Traduje le Oda al inglés y di conferencias en el Museo Dalí de Saint Petersburg, en la Florida. Obviamente he visitado Granada y Cadaqués, ciudades de gran impacto en la obra de los dos creadores. He llevado la literatura española a ciudades europeas. De grata recordación son mis tres conferencias en tres universidades de Polonia en Czestochowa, Krakow, Katowice. He traducido al inglés, novelas, libros de poesía y ensayos de diferentes autores. Escribo artículos, reseñas y prólogos para difundir nuestra literatura en lengua española. Así, fue un placer y un honor presentar la obra poética de Carlos Vásquez-Zawadzki en Cartagena y en Cali y la poesía de Luisa Ballesteros en París. También fue gratificante la edición que Carlos Vásquez y yo realizamos sobre la obra de Bella Clara Ventura: Escritura de Luz. Sial Pigmalión, 2022.

He escrito muchos libros de crítica literaria sobre autores españoles y latinoamericanos. En 1992 publiqué una antología de la literatura española, en traducción, titulada The Literature of Democratic Spain:1975-1992. Mi libro El Sueño de la Razón y la Pesadilla de la Historia en las trilogías de Carlos Rojas (2008) es un análisis de la obra de madurez de Rojas. Él llevaba a España en su corazón y la recreaba en sus novelas. Me interesó la poesía de Basilio Rodríguez Cañada y escribí el libro, El imaginario poético de Basilio Rodríguez Cañada: Intimidades, Itinerarios, Remembranzas. Madrid, 2019. Este libro fue a la vez un homenaje a Basilio, al poeta y gestor cultural. Mi libro, Ensayos sobre la literatura española y colombiana: Poesía, Narrativa, Teatro, publicado por Sial Pigmalión se presentó en la Feria del libro de Madrid, 2021.

Me interesa resaltar y agradecer el prólogo a este libro escrito por el profesor de la Universidad Complutense de Madrid, José Manuel Lucía Megías, quien dice: “Un puente llamado Cecilia Castro Lee. Debemos dejarnos llevar por la pasión de la autora que ha ido construyendo puentes a lo largo de toda su vida entre la literatura, entre el arte, entre el pensamiento en español de un lado al otro del Atlántico habitando -y haciendo habitable- ese territorio que hace del español una de las lenguas, una de las miradas más influyentes e interesantes de nuestro mundo actual”. Este libro recibió el Premio Escriduende, 2021.

Después de enseñar por tantos años la poesía española y latinoamericana, en mi jubilación me he entregado con pasión a la poesía. He publicado dos libros de poesía, bilingües, inglés y español. En La fiesta no ha terminado / The Party is Not Over, la poesía fue mi aliada en mi lucha contra el cáncer. Con fe y optimismo escribí: “Danzaré al ritmo de la música en el aire, / Giraré con las hojas del otoño / antes de su caída. / Vibraré con vientos agitados. / El tiempo me será piadoso, / mientras acaricio mi sueño poético. / No, la fiesta no ha terminado”. En Palabras que respiran/ Words that Breathe, publicado por Sial Pigmalión, 2022, me valgo del verso libre y el lenguaje cotidiano, sin que falten imágenes líricas que aspiran a elevar el espíritu, plasmar el gozo de vivir, o descender a abismos de dolor y lucha. El libro lleva un prólogo de Nery Santos y un epílogo de Carlos Vásquez-Zawadzki. Este poemario quedó de finalista en el concurso anual de poesía en el Estado de Georgia. GAYA: Georgia Author of the Year Award, 2023.

También, durante mi jubilación escribí un libro de gran satisfacción personal: La Alegría de una vocación: Monseñor Luis Augusto Castro Quiroga, su vida y su vocación. Bogotá 2011. Está bellamente prologado por mi amiga, Marjorie Snipes. Esta biografía de mi hermano muestra su sabiduría, su entrega y su alegría. Era gran conocedor y amante del alma humana. Escribo sobre su intenso trabajo como buen pastor y su lucha por la paz de Colombia y el mundo. Un intelectual que escribió cien libros y que dio ejemplo de vida. 

Al enseñar la lengua y la literatura en lengua española, creía yo que abría ventanas para mis estudiantes. Ahora veo que han sido puentes transitados también por mi familia. Tanto mi esposo, como mis hijos, nietos y yo, todos llevamos en el corazón los legados de Estados Unidos, Colombia y España. Hemos ampliado fronteras y enriquecido nuestras vidas: nuevas amistades, nuevas luces y nuevos horizontes.