Antaño eran las brujas a lomos de sus escobas quienes se desplazaban por el éter y la atmosfera y el aire que respirábamos. Ahora son los ricos quienes al parecer recorren en un misterioso PLAN B el metaverso y el espacio y Nueva Zelanda y vete a saber que, a lomos de sus cohetes.
La que si lo sabe, porque comparte muchas cosas con ellos, con los ricos (melena cuidadísima rubia como la cerveza, vestidos ideales, estudiado estilismo, tacones de aguja, casoplon, coches con chofer, viajes en Falcón privado etc, es ella, porque tiene cara de bruja, ¿naricilla? de bruja, barbilla de bruja y comportamiento de bruja ejerciendo de cuentista, es decir, de cronista del cuento.
Va sumando historietas a la suya propia, a esa que añadió a su destino de meiga el de comunista, cuando nada mas cumplir cuatro años, (según cuentan en sus memorias), allá por su Galicia natal, Santiago Carrillo beso su pequeña mano de niñita sindicalista por parte de padre.
Y ese beso fue como el del despertar de Blancanieves. Agito sus sentidos y desarrugo su vocación de lideresa, adicta al P C y a la plancha.
Han pasado los años y en su transcurso, oculta tras una cabellera negra zahína y un flequillo profundo, ha estudiado muy bien lo que hacen los ricos, a que se dedican, donde está su verso y metaverso, sus cohetes espaciales etc. Es quizás la más RICOLOGA del momento (permítaseme el termino que he acuñado amorosamente para esta adivina), es decir, es una profunda estudiosa, científica de la riqueza, tanto, que su meta es sumar y sumar hasta el infinito.
Ahora es rubia, pero no tonta, para nada. Es rubia y listilla, y sus charlas acerca de la matria, o de la riqueza, o de la amnistía seguro que crean cátedra.
Y si ustedes son ricos, ¡cuidado!, la sombra de la bruja brujulea sobre sus haciendas. Procuren que sus cohetes viajando hacia el carajo, sean más veloces que su voraz escoba.
