Salud

Remedios caseros para acabar con la tos: consejos naturales y efectivos

¿Cómo acabar con la tos? 10 remedios naturales que te ayudarán con ello. 
Remedios naturales tos - Foto master1305
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 Consejos naturales y efectivos para curar la tos: ponle fin de una vez por todas. 

  1. Miel: el mejor aliado contra la tos
  2. Jengibre: un potente antiinflamatorio
  3. Infusión de tomillo
  4. Vapor de eucalipto
  5. Jarabe casero de cebolla y miel
  6. Té de regaliz
  7. Gárgaras de agua salada
  8. Té de menta
  9. Humidificador para mantener la humedad
  10. Hidratación constante

La tos es una de las molestias más comunes y, aunque generalmente no es grave, puede ser muy incómoda. Ya sea causada por un resfriado, alergia o irritación en las vías respiratorias, existen varios remedios caseros para acabar con la tos que pueden aliviar sus síntomas de forma natural y efectiva.

A continuación, te detallamos algunas de las mejores opciones para tratar la tos en casa, sin necesidad de recurrir a medicamentos.

Miel: el mejor aliado contra la tos

Uno de los remedios caseros más conocidos y efectivos para la tos es la miel. Este alimento natural tiene propiedades antibacterianas y antiinflamatorias que ayudan a suavizar la garganta irritada, reduciendo la tos. La miel actúa como un suavizante natural y, además, favorece la producción de saliva, lo que ayuda a reducir la irritación.

Cómo utilizarla

Mezcla una cucharada de miel en una taza de agua tibia o té de hierbas, y bébelo varias veces al día. También puedes tomar una cucharada de miel directamente antes de dormir para aliviar la tos nocturna.

Jengibre: un potente antiinflamatorio

El jengibre es conocido por sus propiedades medicinales, en particular, por su capacidad para reducir la inflamación en las vías respiratorias, lo que ayuda a aliviar la tos. Además, el jengibre tiene propiedades antivirales y antibacterianas que ayudan a combatir infecciones respiratorias.

Cómo utilizarlo

Puedes preparar un té de jengibre fresco. Corta algunas rodajas de jengibre y hiérvelas en agua durante 10 minutos. Si prefieres un sabor más dulce, añade una cucharadita de miel. Beber este té dos o tres veces al día puede ayudar a reducir la tos.

Infusión de tomillo

El tomillo es una planta medicinal muy utilizada para tratar problemas respiratorios, incluyendo la tos. Sus propiedades antibacterianas y antiespasmódicas ayudan a relajar los músculos de la tráquea y reducir la tos. Además, el tomillo actúa como expectorante, ayudando a eliminar el exceso de moco.

Cómo utilizarlo

Prepara una infusión con dos cucharaditas de tomillo seco en una taza de agua hirviendo. Deja reposar durante 10 minutos, cuela y bebe este té dos veces al día para notar una mejora.

Vapor de eucalipto

El eucalipto es un remedio muy utilizado para tratar la tos, gracias a sus propiedades expectorantes y descongestionantes. Inhalar vapor de eucalipto puede ayudar a abrir las vías respiratorias, despejar la congestión y calmar la tos.

Cómo utilizarlo 

Llena un recipiente con agua caliente y añade unas gotas de aceite esencial de eucalipto. Cúbrete la cabeza con una toalla e inhala el vapor durante 10 minutos. Este remedio es ideal para antes de dormir, ya que también ayuda a aliviar la tos nocturna.

Jarabe casero de cebolla y miel

La cebolla tiene propiedades antibacterianas y antitusivas que pueden ayudar a reducir la tos, especialmente la de origen viral. Cuando se combina con miel, se potencia su efecto calmante.

Cómo utilizarlo

Corta una cebolla en rodajas finas y colócala en un frasco. Añade miel suficiente para cubrir las rodajas y deja reposar durante al menos 6 horas (mejor si lo dejas toda la noche). Toma una cucharada de este jarabe natural tres veces al día para aliviar la tos.

Té de regaliz

La raíz de regaliz es otro remedio casero muy efectivo para tratar la tos, ya que tiene propiedades antiinflamatorias y expectorantes. Ayuda a aliviar la irritación en la garganta y facilita la eliminación de flemas.

Cómo utilizarlo

Prepara un té con una cucharadita de raíz de regaliz seca en una taza de agua hirviendo. Deja reposar durante 10 minutos y bebe dos o tres veces al día.

Gárgaras de agua salada

Las gárgaras de agua con sal son un remedio clásico para aliviar el dolor de garganta y reducir la irritación que provoca la tos. El agua salada tiene propiedades desinfectantes que ayudan a limpiar la garganta y reducir la inflamación.

Cómo utilizarlas

Disuelve media cucharadita de sal en una taza de agua tibia y haz gárgaras durante 30 segundos. Repite este proceso dos o tres veces al día para notar la mejoría.

Té de menta

El té de menta es un excelente remedio para la tos, ya que contiene mentol, una sustancia que ayuda a abrir las vías respiratorias, aliviar la congestión y calmar la tos. La menta también tiene propiedades antisépticas y antivirales que ayudan a combatir infecciones respiratorias.

Cómo utilizarlo

Prepara una infusión con hojas de menta frescas o secas en agua hirviendo. Deja reposar 10 minutos y bebe varias veces al día.

Humidificador para mantener la humedad

El aire seco puede empeorar la tos, especialmente durante el invierno o en ambientes con calefacción. Usar un humidificador en la habitación ayuda a mantener la humedad adecuada en el aire, lo que facilita la respiración y reduce la irritación de las vías respiratorias.

Como consejo, coloca un humidificador en tu dormitorio por la noche para evitar la tos seca que empeora durante las horas de sueño.

Hidratación constante

Mantenerse bien hidratado es clave para tratar la tos, ya que el agua ayuda a mantener las vías respiratorias húmedas y facilita la eliminación del moco acumulado. Además, beber líquidos calientes, como caldos, tés o infusiones, también puede ser reconfortante y aliviar la irritación en la garganta.

Bebe al menos 8 vasos de agua al día y complementa con infusiones o sopas calientes.

La tos puede ser una molestia, pero no siempre es necesario recurrir a medicamentos. Estos remedios caseros para acabar con la tos son alternativas naturales, efectivas y fáciles de preparar en casa.

Sin embargo, si la tos persiste por más de una semana o se acompaña de fiebre o dificultad para respirar, es importante consultar con un médico para descartar condiciones más serias.