Sencillamente irresistibles

¿Nos querellamos mi amor?

Rosy
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Pues sí, tienen que acabar con la gente mayor, eliminarlos, borrarlos del mapa, porque las personas de una cierta edad tienen recuerdos, y saben que los que desgraciadamente ahora mandan, fastidiando, prohibiendo y robando bienestar y tranquilidad ciudadanas. MIENTEN, cobrando además por hacerlo. 

Saben que disfrazan con palabras ampulosas y con mentiras las cosas a las que no llaman por su nombre, porque quieren ser omnímodos, poderosos, guardianes del mundo forever y de nuestra forma de expresarnos. Quieren ser Dioses.

Por ejemplo, el tema del cambio climático provocado por los humanos. 

Según dicen los inventores de la patraña en la que se sustenta la 20/30, la causamos los humildes mortales. En los noticieros se habla sin parar del calor insoportable que padecemos en los últimos tiempos, cuando toda la vida de Dios en el verano lo ha hecho, una temperatura muchas veces claustrofóbica y pegajosa, a la que aluden observaciones meteorológicas del siglo xvlll resaltando (sirva de muestra un botón) que el 30 de julio de 1876 Sevilla registro 51 grados y Madrid paso de los 44. 

Lo del calentamiento global debido a nuestros actos vandálicos, insisten ahora en que comienza ya en mayo. Una parte más de la estafa en la que nos hunden, como se deduce del Romance del prisionero, incluido en el Romancero viejo (s,XIV y XV) en estos versos anónimos:” «Que por mayo era, por mayo, cuando hace la calor, cuando los trigos encañan y están los campos en flor».

Podían pues los “climatéricos” haber estudiado más y haber obtenido alguna licenciatura verdadera para no convertirse en catedráticos/as tan de pacotilla como Begoña florecida en Moncloa. Aunque se debe reconocer que ella y su enamoradísimo esposo entienden muchísimo de “sostenibilidad”. De hecho, se sostienen en el poder como lapas y no de bajas emisiones precisamente. 

Sánchez, un Narciso también muy florecido, se ha querellado a través de la abogacía del estado contra el juez Peinado por prevaricación. Y no se entiende que, negándose a declarar, actuando como marido de Begoña y no como presidente, se querelle sin embargo a posteriori como presidente, utilizando la abogacía del Estado. ¿En qué quedamos? 

Pues tan estresados como los árboles, que al parecer en el nuevo léxico de la ultra izquierda lo hacen, ni se secan ni se mueren ni nada que suene a lo de siempre. Se estresan por culpa del “ozono troposférico” que nadie sabe lo que es pero queda muy bien en la “nueva normalidad” que se han sacado de su manga promiscua, desvirtuadora, depravada y ávida de pasta.

Y quizás por el tema del feminismo desbordado por la exageración y los malos planteamientos ridículos y carentes de rigor y sentido común, Begoña también se ha querellado contra el juez Peinado que seguramente está hasta la nuca de tanta gilipatez maligna, falta de rigor y respeto a la ley.

Muy señora de su señor, imitamonas y presuntamente muy caradura:  

¿Catedrática de qué? ¿Es un lote en las urnas electorales? ¿Va unida la cátedra a estar casada con alguien que sin ganar las elecciones se sube al Falcon y desde las alturas, contaminando, se siente por encima del bien y del mal? ¿Nos toman por más necios aun de lo que somos?

Eso será. Y así, mientras nos pegamos en la playa abarrotada por “pillar” una sombrilla y una hamaca, Narciso florecido ha regalado a la ex ministra de Igualdad Irene Montero, la del sí es sí y a la calle los violadores, la Gran Cruz de la Real y Distinguida Orden Española de Carlos III por su «servicio a la Corona». 

¡Qué cosas! ¡A la corona!  Ya no saben que hacer los republicanos.

Mas que morenos deberíamos estar tan negros como lo es últimamente Kamala Harris, pero nada de preocuparnos pase lo que pase.

Estamos de vacaciones…

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