Los Expedientes de Regulación Temporal de Empleo (ERTE) que se pusieron en marcha en España al comienzo de la pandemia tuvieron un impacto más positivo sobre los trabajadores temporales que sobre los fijos, según un estudio publicado este lunes por la Fundación de Estudios de Economía Aplicada (Fedea).
Los expertos de Fedea señalan que los ‘ERTE covid’ tuvieron efectos positivos sobre ambos tipos de trabajadores y aunque “no cerraron por completo la brecha entre trabajadores temporales y permanentes, sí que ayudaron a reducirla”.
En concreto, en diciembre de 2021, los empleados fijos que entraron en ERTE en abril de 2020 tenían una probabilidad 23,5 puntos porcentuales mayor de seguir empleados que los empleados fijos que se fueron despedidos.
Los trabajadores temporales también se beneficiaron, ya que, en comparación con sus homólogos desempleados, tenían una probabilidad 13,1 puntos porcentuales mayor de estar empleados en diciembre de 2021.
Pero al comparar trabajadores permanentes con temporales que entraron en ERTE en abril de 2020, Fedea concluye que los temporales se beneficiaron más, ya que el impacto de entrar en ERTE incrementó la probabilidad de estar empleado en diciembre de 2021 en 10 puntos porcentuales para los trabajadores temporales respecto a los permanentes.
La participación en los ERTE también repercutió positivamente sobre todo en los salarios de los trabajadores temporales, con un aumento salarial de alrededor del 5% para los que no cambiaron de empresa y del 10% para los que sí cambiaron.
“En el caso de los trabajadores fijos, solo se estimaron efectos salariales positivos para los que cambiaron de empresa, sin que se detectaran efectos significativos para los que permanecieron con el mismo empleador”, observa el informe.
Los autores concluyen que sus resultados “evidencian los beneficios potenciales de ampliar la legislación de protección del empleo para incluir a los trabajadores temporales, subrayando la importancia de políticas laborales más inclusivas y equitativas”.
