En el tablero de la economía global, EE.UU. está jugando con fuego. Deportar millones de migrantes suena bien para la retórica populista y patriótica, pero los efectos económicos son un dominó que arrastra a toda Hispanoamérica y, sorpresa, también a Europa. No se trata solo de cerrar fronteras, se trata de desestabilizar economías enteras.
Remesas el dinero que sostiene países enteros, Bye Bye
- México, Centroamérica y Venezuela dependen de las remesas como un yonqui de su dosis diaria. Deportar trabajadores significa cortar ese flujo de dinero de golpe.
- México recibió $64,745 millones en 2024 (3.4% de su PIB), pero 4.9% de caída en diciembre presagia un 2025 turbulento.
- Centroamérica enfrenta riesgos existenciales: Nicaragua (27.2% del PIB en remesas) y Honduras (25.2%) podrían colapsar en consumo básico, Guatemala ya recibe 160 deportados diarios, con costes de reinserción que devoran presupuestos sociales.
Venezuela, que ya está en el hoyo, se hundiría todavía más
Lo mejor de esta historia es que, mientras cierran la puerta a millones de trabajadores, los propios estadounidenses van a pagar el pato. La mano de obra migrante representa un 25% del sector agrícola, 14% de la construcción y 12% de la hostelería. Deportarlos significa precios más altos, proyectos sin terminar y hoteles sin servicio. Más inflación, menos productividad y una patada en el estómago a su propio PIB.
España y Europa: más migración, más costes y con políticos incompetentes, más descontrol
España se ha convertido en el nuevo destino natural para los migrantes hispanos expulsados de EE.UU., porque aquí, al menos, pueden obtener la nacionalidad en un par de años. En 2025, se espera que lleguen más de 65,000 nuevos venezolanos, miles de colombianos, ecuatorianos, salvadoreños, entre otras nacionalidades.
El impacto es inmediato, el 40% de las empresas del IBEX-35 operan activamente en Iberoamérica, sector que aporta el 20% de sus ingresos. A nivel de demográfico en España, Madrid y Barcelona absorben gran parte de llegadas, aumentando los alquileres (+12% en zonas centrales). Pero también se espera una inyección de talento bestial. Porque esto no es solo una cuestión de números. Hablamos de ingenieros, médicos y especialistas en tecnología que EE.UU. está tirando por la borda… y que España puede aprovechar. La pregunta es: ¿tendremos la visión para hacerlo?