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El Polímata

La célebre conferencia de C. P. Snow ‘Las dos culturas’ pronunciada en 1959 venía a denunciar la ruptura de comunicación entre las ciencias y las humanidades y la falta de interdisciplinariedad. Con el paso del tiempo, el avance exponencial del conocimiento ha llevado a una mayor especialización y ha agravado el problema. Al hilo de la concesión de los recientes premios Nobel en Física y Química se ha abierto un interesante debate sobre la interdisciplinariedad defendida por el jurado del Nobel y cuestionada por físicos y químicos quejándose del hecho que ambos premios han sido concedidos por descubrimientos en el campo de la IA, que poco tenían que ver con sus disciplinas. Lo cierto es que en la investigación actual hay una promiscua interrelación entre las matemáticas, la física, la química, la biología y la computación, por lo que la parcelación del Nobel según las disciplinas clásicas genera estas absurdas discusiones. Fue célebre el caso de la concesión del Nobel de Literatura a Bob Dylan que generó protestas por que no era un ‘escritor’. Los que consideramos a Dylan como uno de los mejores poetas del siglo XX asistimos atónitos a esa discusión.

Sostengo que hoy está más vigente que nunca la figura del ‘polímata’ adaptada a nuestro tiempo. Una persona educada debería tener un conocimiento profundo especializado, muy útil para ganarse la vida, complementado con conocimientos básicos en diferentes áreas incluidas por supuesto las llamadas humanidades. La razón es elemental, unas áreas fecundan a otras y ello lleva a un efecto multiplicador en el conocimiento. Tengo un amigo que es el perfecto ejemplo del polímata moderno; es un profundo conocedor de la IA lo cual le ha permitido un brillante desempeño profesional, pero al mismo tiempo tiene interés y conocimiento sobre cualquier asunto humano. Curiosamente es uno de los más beligerantes en contra de los citados Nobel, argumentando de forma irrefutable que los descubrimientos premiados poco tienen que ver con la física y la química. Vemos como el polímata respira por la herida de su superespecialización en IA, una muestra de que todavía persiste aquello que denunciaba C. P. Snow, la resistencia a la interdisciplinariedad.

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