La mirada de Ulisas

Mario Bernal Salamanca, poeta que navega mundos y conecta versos

LA MIRADA DE ULISAS sabe que las malas noticias venden más que las buenas al exaltar en las personas sus instintos más densos, los que se alborotan de una manera que se enganchan más fácilmente con lo negativo. Es saber explotar la mente humana. Pero no se puede olvidar ni menospreciar que las buenas noticias traen un aire refrescante a la vida contra todas sus vicisitudes. Trato de no apartarme de ustedes, ilustres lectores,  al aproximarles otros atisbos en mis textos. Por ello, la mirada de Ulisas se propone alternar las noticias para que den un panorama amplio de la condición humana y de lo que le sucede al mundo. En este caso, anhela visitar el jardín interior de un personaje de todo su interés como es Mario Bernal Salamanca, cuyo seudónimo es Mario Mathor. Se formó como educador dedicado a la investigación pedagógica con énfasis en lo virtual, en el desarrollo humano y social. Llegó a ocupar importantes cargos en este ramo tan vital para la sociedad: LA EDUCACIÓN, que bien merece mayúsculas. Se desempeñó como docente, luego como director y rector de varias entidades educativas y universitarias. Como investigador curioso e inquieto que es, llegó a desarrollar un innovador sistema pedagógico denominado “Cosmocitiva”, lo que le valió el premio “Compartir al Maestro” en el 2005, una mención honorífica que sublimó su destacada labor de educador. No le bastó abarcar esa selecta posición porque el alma de poeta siempre pulsa por encontrar su voz, expresada en paralelo con la función de educador. Dos vertientes que no riñen y más bien se armonizan. Mario Mathor dirige el centro Amenti Internacional, donde se investigan programas de desarrollo humano en el ámbito de la educación; la prolongación de su oficio de educador en la innovación didáctica. Su amplia trayectoria le permitió el gran mérito de ser el presidente de la Asociación de Poetas Colombianos. Difícil compromiso de reunir a un gremio tan dispar, pero en manos y en cabeza de Mario Mathor el milagro se logró. Hoy día convoca a más de mil poetas de los diferentes departamentos del país para que se manifiesten en pos de la excelente poesía y puedan darle el lugar de privilegio que ameritan los versos y sus metáforas. Inclusive para contrarrestar lo dicho por los libreros que la poesía no se vende. La poesía jamás muere. Es un bien indispensable para la humanidad donde halla su canto y las lágrimas de tristeza o de alegría que arranca a sus pasos. Las musas dominan la magia de tocar corazones, ablandar sentimientos, de ofrecer otras posibilidades de decir las cosas y  transformar situaciones. El poeta tiene su puesto en cualquier orilla que reconozca el valor de la cultura como un baluarte de sus instituciones y el bienestar de la sociedad. Sin poetas una colectividad pierde su razón de ser. Permite que desaparezca un conjunto de personas que expresan un sentir profundo y existencial de su pueblo. Mario, experto en educación sabe de sobra que la poesía es parte inherente del saber milenario transmitido de generación en generación con odas a su alcance. Unas composiciones que hablan de cualquier tema con la altura que se alcanza, gracias a la palabra, punto de unión entre los individuos o pueblos que forman una nación o una comunidad.

Con su primera obra poética “Encuentro Cósmico con un Ser Humano”, aclamada en varios países, le fue otorgado un verdadero reconocimiento como poeta mayor. Y con su poemario “Poemas del jardín de la galaxia” recibió su máxima consagración. Ocupó importantes cargos como el de embajador de la Agrupación Poetas del Mundo, nominación recibida en la casa del insigne poeta Pablo Neruda, justamente en Chile en Isla Negra. En el 2016 lanza la obra “Livres” donde explora la libertad de expresión poética con miras a la transformación social. Mensajes que dejan mella al colmarse de consistencia y de fuerza.

Mario recibió el premio “Aportación 2016” otorgado por la Sociedad Internacional de Comunicación de Literatura en Taiwán. Su poesía resuena en escenarios internacionales y nacionales donde es recibido con palmas en alto. Su nombre y su trayectoria ya han hecho camino al andar, como decía el poeta Antonio Machado. Mario con su temple de acero y su corazón niño ha sabido conquistar su propia existencia al haber unido al gremio poético colombiano en torno a la palabra, la libertad de expresión, la búsqueda de los misterios del verso, la difusión de la obra de sus asociados al abrirles espacios en los diversos eventos culturales del país como es la feria del Libro de Bogotá y en otras múltiples actividades al transitar por el planeta con los poemarios de sus agremiados. Se dedica a abrir puertas y dejar en la cima a los poetas colombianos que precisaban de un Quijote a lo Macondo que les aportara posibilidades a sus vates. Como educador que es sabe instruir al poeta para despojarlo de tanto ego que tantas veces hace nido en el artista y le permite al Gremio Colombiano de Poetas ser una realidad, al convertirla en una agrupación que día a día crece no sólo en tamaño sino en proyección. Una labor titánica que sólo puede reposar en los hombros de un hombre generoso que anhela dirimir diferencias para lograr coincidencias en el vocablo poético, que resulta universal y mantiene la propiedad de adherir almas.

Con sus numerosos libros publicados bajo títulos como: “Natural”, “Homo” y otros tantos nombres ha profundizado en la conexión entre la Humanidad y el Cosmos. Le autoriza a denominar su poética como “cosmopoética”, al estar permanentemente enfocado en averiguar los enigmas del universo. Ha sido distinguido con numerosos reconocimientos dentro y fuera de Colombia, además de traducido a varios idiomas. Su dictado cobra la resonancia no sólo de ser un excelso poeta sino de ser un gestor cultural de envergadura. Lo que demuestra su espíritu generoso y entregado a una tarea que sólo los valientes se proponen y la logran. Fue declarado el mejor poeta colombiano en el 2023 por el gremio que preside y da su veredicto a conciencia en un concurso celebrado cada año con el fin de resaltar el trabajo literario de sus abonados. El “Romancero de Luna”, su última obra poética, fue la gran galardonada. El título nos habla de la musa que mora en su alma, el astro de la noche que lo inspira. Él mismo se define: “soy una persona que sigo expandiendo mi obra literaria y su influencia poética, así como las de mis semejantes al conectar culturas y llevar su visión cosmopoética a nuevas fronteras”.

Mario Mathor, todo un personaje que se asoma a mi mirada, la de esta Ulisas que les quiso traer la voz autorizada de un poeta que navega mundos y conecta versos. Su recorrido me lleva a empinarme ante su nombre y compartirlo con ustedes, mis preciosos lectores, que también precisan de temas que alegren y resulten ejemplares.

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