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La expedición de Gómez

El general carlista Miguel Gómez Damas comandó en 1836 la llamada ‘expedición de Gómez’, una de las más célebres de la historia militar. Aunque hoy pocos la recuerdan, el zar de Rusia obligaba a sus generales a que estudiasen en el mapa sus movimientos por toda España para combatir a las fuerzas cristinas. Gómez batió a Espartero en Gorbea y a Lazy Evans en Hernani, pero dada su independencia de  carácter fue procesado por los propios carlistas al acabar la campaña. Marchó al exilio y cuatro días antes de morir firmó un documento donde reconoció los derechos de Isabel II y pidió permiso para volver. Todo esto nos lo cuenta Eduardo Gil Bera en ‘Sobre la marcha’. En 1935, Baroja salió con chófer y un fotógrafo para recorrer la ruta de la expedición de Gómez, cuyo relato apareció en el diario ‘Ahora’. Gil Bera, casi 60 años más tarde, hizo lo mismo con la intención de escribir este libro, aunque él marchó sin chófer ni fotógrafo. 

"Sobre la marcha’ se publicó en 1996, pero no empecé a leer a Gil Bera hasta después de 2001 cuando apareció su "Baroja o el miedo", una biografía muy crítica sobre el escritor vasco. Estaba leyendo los diferentes libros biográficos que sobre el mismo tema estaba publicando Miguel Sánchez Ostiz, navarro como Gil Bera, y me sorprendió la afinidad entre ambos escritores que son casi los únicos que me interesan del panorama literario actual. Como Miguel y yo somos buenos amigos (él lo fue también de Manolo Gulliver, el librero de viejo fallecido recientemente), le pregunté si se conocían. Me dijo que sí, pero que ‘no se trataban’. 

Eduardo y Miguel, que no aparecen casi nunca en la prensa, han publicado múltiples libros de un interés extraordinario. Son un magnífico ejemplo del divorcio entre la calidad literaria y el gusto del público que puede constatarse en las listas de los libros más vendidos. Igual que al general Gómez no se le reconoció el genio militar, a ellos no se les termina de reconocer el genio literario.

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