A Volapié

México y el perdón

Con el fin de tapar el fracaso de su gestión, y probablemente también por odio y falta de luces, el expresidente radical populista mexicano López Obrador no ha dejado de insultar a España desde hace años, exigiendo que se pida perdón por la conquista acaecida hace 5 siglos. Como ya esperábamos, Sheinbaum, simple replicante, sigue por el mismo camino.

Como decía yo recientemente, “no solo no hay que pedir perdón, sino que hay que sacar pecho por el descubrimiento y la conquista, por llevar el castellano a cientos de millones de personas, las universidades, la cultura europea y el conocimiento, el derecho, la religión cristiana, la forja del primer imperio global, el tornaviaje, la vuelta al mundo, el fin de la esclavitud de tanto pueblos como los Toltecas, Olmecas, Totonacas, etc....el fin de los sacrificios humanos, entre otras muchas cosas”

Exigir pedir perdón por hechos de hace siglos es un anacronismo sin sentido, es una necia idea propia de ignorantes y/o populistas manipuladores. Una persona, o un pueblo, no puede ser responsable de algo que hicieron sus antepasados hace decenas de generaciones. Es absolutamente ridículo.

Puestos a exigir, ¿van a pedir perdón estos nuevos caciques mexicanos del siglo XXI por la brutal opresión y las enormes matanzas recurrentes que los Mexicas perpetraron contra sus pueblos vecinos mencionados más arriba?.

México soporta 30.000 fallecidos al año de muerte violenta y L. Obrador no ha hecho nada destacable y exitoso al respecto, ¿va a pedir perdón?.

Leo hoy un artículo muy interesante de Jorge Vilches que aporta datos sobre el genocidio perpetrado durante el siglo XIX por el México independiente, exactamente por los ancestros criollos de López Obrador.

Dice; “ la marcha de la madre patria convirtió a la Nueva España en el nuevo desastre. El nacionalismo mexicano había convertido a los otros en explotadores (españoles y norteamericanos) o salvajes (las tribus del norte indias). El racismo se extendió por los estados norteños. Apaches, Kikapúes, Seminolas, Yaquis, etc. no formaban parte de la nación mexicana y en consecuencia carecían de derechos. La liquidación sistemática se inició en 1849 cuando el estado de Chihuahua aprobó la Ley de Cabelleras por la cual pagaba por el asesinato de cada indio. En 1887 solo quedaban 300 apaches en la Sierra Madre. El genocidio se extendió a Sonora, Coahuila etc.”

Este genocidio, muchas decenas de miles, es muy reciente, apenas algo más de un siglo, y digo yo, ¿van a pedir perdón L. Obrador o Sheinbaum?.

Pero hay más motivos para que los caciques de MORENA pidan perdón. Cuando los españoles se fueron de México dejaron un virreinato enorme, germen del nuevo estado, con instituciones y estructuras suficientes para desarrollarse notablemente. ¿Y que hicieron las élites criollas en cuanto tuvieron la independencia?, la respuesta es sumir el país en el caos y la pobreza al lanzarse de cabeza a tremendas luchas intestinas por el poder. 

La avidez de poder personal y de dinero que mostraron era proporcional a su incapacidad para gestionar y dirigir, y encima se dejaron arrebatar la mitad del país, (Texas, California, etc..) por los yankis.

De nuevo me pregunto yo, ¿van a pedir perdón por haber perdido de forma tan estúpida y lamentable un territorio tan enorme y valioso?

La persona inteligente que manda debería ser prudente, informada, capaz de autocrítica y de escuchar, y debería hablar poco para reducir el riesgo de quedar en ridículo. Justo lo contrario de lo que hacen los nacionalistas radicales de MORENA que detentan el poder en México. Mal futuro tienen la verdad, la libertad y la prosperidad con caciques como estos al mando. Como era de esperar Sheinbaum es una firme defensora de la tiranía criminal venezolana, lo cual es un mal presagio para su país.

Si tuvieran un mínimo de decencia y de inteligencia, callarían, y en caso de hablar, debería ser para pedir perdón a sus compatriotas porque ellos y sus antecesores son los que han arruinado y oprimido Méjico desde que obtuvieron la independencia.

Es típico de tiranos, déspotas y populistas tapar los fracasos propios culpando a inexistentes enemigos exteriores. El verdadero enemigo está en casa, son ellos, que no les engañen.

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