Tras conocerse los sórdidos pormenores del caso Alberto Fernández y su ex compañera, es posible reafirmar la tesis del presidente Milei, respecto del grado de podredumbre al que había llegado Argentina. Los ojos están puestos en el agresor, pero la agredida no deja de tener culpa. Jugó con fuego y ella lo sabía. El historial delictivo de Néstor Kirchner, Cristina Fernández y Alberto Fernández, dan cuenta de cómo un grupo de delincuentes fue capaz de secuestrar, amparados en la “democracia”, a una nación.
Argentina es un país precioso, pero corrupto. Cada ministerio o entidad pública que ha auscultado el nuevo gobierno, ha mostrado cómo los ladrones hicieron de las suyas con el dinero de los contribuyentes. Jubilados muertos, empleados públicos inexistentes, organismos públicos atiborrados de vagos, asesores delincuentes, colectivos extorsionadores, dirigentes sindicales descarados y ladrones, empresas estatales ineficientes e innecesarias, parlamentarios parásitos de sus provincias y medios de prensa cómplices de la mentira.
Milei ya es un héroe, pues nadie pensó que lograría dominar a las bestias voraces que deambulan por toda la nación. Argentina había desaparecido del mundo y Milei ha logrado resucitarla, aunque aún sigue en la unidad de tratamientos intensivos. Ojalá que Maradona, las Falklands, Perón y Evita, queden adormecidos por un largo tiempo, para que los argentinos vuelvan a trabajar y alcanzar el desarrollo. La mitad de la población enfrenta la pobreza severa y ya no es posible seguir jugando a crecer sin trabajar.
Chile comparte con Argentina una de las fronteras más extensas del mundo y es predecible que cuando cambie de signo el gobierno chileno, se producirá un exponencial aumento del intercambio y la cooperación a ambos lados de la Cordillera de Los Andes. Cuando el foco en Sudamérica es la crisis venezolana, no hay que descuidarse, pues Argentina se está jugando su futuro. Lamentablemente en Venezuela no hay un Milei o un Pinochet. Argentina está viendo de a poco la luz y Venezuela las tinieblas, similares a las de Cuba que ha completado 66 años de total oscuridad. Argentina tiene muchas riquezas y un pueblo inteligente, pero que ha sido utilizado por años por la podrida casta política.
La justicia corrupta, es otro frente a resolver en Argentina, pues todos los poderes del Estado estaban coludidos para robar y defender a los ladrones. Javier Milei tiene una responsabilidad histórica y él lo sabe. No nos quedemos con su histrionismo o con su forma de hacer política. Lo importante hoy en Argentina es que la economía florezca, que la inflación sea controlada y que la inversión extranjera regrese. Ahora veremos, si como dicen ellos, Dios es argentino.
