Ars Gratia Artis

El Pazo de Castrelos y la pintora Antonia de Bañuelos

Se conmemora este año el centenario de la cesión del Pazo de Castrelos por parte del marqués de Alcedo, Fernando Juan José Quiñones de León y de Francisco Martín, al pueblo de Vigo. La señorial construcción del siglo XVII, reformada a fines del XIX, conserva intacta su impactante presencia y está situada en una zona privilegiada de la ciudad, rodeada de un extenso parque de valioso patrimonio botánico, con jardines, inglés y francés, rosaleda, fuentes, esculturas y capilla. 

En 1925, era alcalde de la ciudad, Adolfo Gregorio Espino y la donación fue aceptada con la condición de que el pazo fuese destinado a museo, pues Fernando Quiñones de León y Elduayen, marqués de Valladares y de Mos, hijo del marqués de Alcedo, así lo dispuso en sus últimas voluntades. El joven aristócrata, había fallecido a consecuencia de la gripe española de 1918 y al no tener descendencia, el edificio con sus bienes pasó a manos de su padre. Latía, entonces, en la sociedad viguesa el deseo de contar con un gran museo, y al fin, el proyecto se pudo poner en marcha. Aún tardaría en abrir sus puertas al tener que solventar la corporación municipal algunas cuestiones, entre ellas, el pago del usufructo a la viuda de Fernando Quiñones de León, Marianne Whyte; la aristócrata irlandesa, aficionada al deporte había mandado construir una pista de tenis en una de las zonas del parque que sería de las primeras que hubo en Galicia. 

El museo comenzó a funcionar a puerta cerrada, admitiendo las primeras donaciones y creando su patronato en 1934, integrado entre otros por el arquitecto Antonio Palacios y Francisco Javier Sánchez Cantón, subdirector del Museo del Prado. Y en 1937 inició su andadura con el nombre de Museo Quiñones de León y con unas primeras colecciones compuestas por mobiliario y pintura donadas por el empresario y coleccionista Policarpo Sanz. En adelante, la institución irá creciendo y aumentando su patrimonio. Suponemos el apoyo e ilusión que despertó su creación pues gracias a las gestiones de Sánchez Cantón recibió importantes depósitos del Museo del Prado y del Museo Nacional de Arte Moderno. Y Antonio Palacios, con su generosidad proverbial, contribuyó a la causa redactando según su criterio los usos del edificio, proponiendo dedicar la planta baja a la historia de la ciudad y la planta primera enteramente al arte.

Pazo de Castrelos. Museo Quiñones de León
Pazo de Castrelos. Museo Quiñones de León

En los años sesenta se crearon unas salas dedicadas a los artistas de la vanguardia histórica gallega; algunos de ellos comenzaban a regresar intermitentemente de los países del exilio y ese fue el caso de Arturo Souto quien reunió un selecto conjunto de piezas que fueron adquiridas por la institución. También por aquel tiempo se impulsó la colección arqueológica y se fueron incorporando obras de las nuevas generaciones de artistas, quedando de ese modo reflejada la impronta de cada etapa.

Y como si fuese un mandato del destino, la fuerza del arte quedaría prendida entre los muros del pazo y un capítulo de enorme interés relacionado con sus últimos moradores lleva a esta apreciación que singulariza una pintora de excepcional talento: Antonia de Bañuelos Thorndike (Roma, 1856- Bournemouth,1921); segunda esposa del marqués de Alcedo, la pareja había contraído matrimonio en París en 1891, ciudad donde ella había afianzado sus conocimientos al lado del pintor academicista Charles Joshua Chaplin. Relacionada con destacados personajes del arte de su tiempo entre ellos León Bonnat y Raimundo de Madrazo, cultivó un estilo costumbrista de luminosas tonalidades; demostró una especial sensibilidad para plasmar escenas familiares en las que se aprecia una sobria elegancia y quietud, valores que se agudizan sobre todo en los retratos de niños y adolescentes.

AUTORRETRATO DE ANTONIA BAÑUELOS CON  SUS HIJAS ISABEL Y  ANTONIA. C.A.
Autorretrato de Antonia Bañuelos con sus hijas Isabel y Antonia C.A. 

El Museo del Prado cuenta con un autorretrato de la pintora a la que debemos considerar una adelantada pues ejerció su vocación de un modo profesional; participó con éxito en exposiciones internacionales (Salón de París, 1879 y Exposición Universal de París, 1889) y trabajó de manera continua en los estudios de sus residencias de Biarritz y Vigo; en ellas reinaba un verdadero clima intelectual pues el marqués de Alcedo era además de filántropo e historiador, un culto diplomático.

El pazo-museo, sigue a día de hoy reconstruyendo su memoria afianzada por nuevas compras como las que se muestran en la exposición” Recordos do Marqués de Alcedo”; abierta al público hasta mediados de junio está integrada por un conjunto de piezas que el concello de Vigo, adquirió en 2024 a través de una subasta en San Juan de Luz. Pinturas, objetos decorativos y documentos procedentes de Villa Alcedo, la residencia familiar de los Quiñones de León-Bañuelos, en Biarritz cobran nueva vida. De la colección destaca especialmente la obra inacabada “ Autorretrato de Antonia de Bañuelos con sus hijas Isabel y Antonia”. En sus miradas, quizás una oculta premonición: el regreso a los lugares de antaño.