En plena crisis global de biodiversidad, un nuevo estudio científico publicado en la revista Insect Systematics and Diversity lanza una llamada de atención: España está perdiendo capacidad para documentar su diversidad entomológica. La falta de especialistas, el descenso de tesis doctorales en taxonomía y la escasa financiación amenazan con dejar sin inventariar miles de especies antes incluso de que desaparezcan.
La investigación, en la que participan 20 instituciones científicas españolas, ha sido coordinada por el profesor Marcos Méndez (Universidad Rey Juan Carlos) y cuenta con la participación del investigador Diego Gil-Tapetado, del Departamento de Biodiversidad, Ecología y Evolución de la Universidad Complutense de Madrid (UCM). El objetivo ha sido evaluar si España dispone hoy del tejido científico necesario para abordar el estudio de la biodiversidad de insectos, especialmente en una era marcada por el cambio climático y la pérdida acelerada de hábitats.
¿Quién estudia hoy los insectos?
Los investigadores revisaron la evolución histórica de cinco indicadores entre 1900 y 2020: número de sociedades entomológicas, socios activos, revistas especializadas, publicaciones anuales y autoría nacional. A ello sumaron un análisis del número de tesis doctorales en entomología, diferenciando entre enfoques clásicos (taxonomía y faunística) y modernos (ecología, genética, fisiología o biología molecular).
Los resultados revelan un panorama desigual: aunque el número de sociedades y publicaciones creció en las décadas de los 60 y 70, a partir de los 80 el crecimiento se estancó. El impulso a la publicación en revistas internacionales, unido al escaso apoyo institucional a la taxonomía, provocó un declive de los estudios sobre clasificación y descripción de insectos, especialmente dentro del ámbito académico.
Entre 1980 y 2020, el porcentaje de tesis doctorales centradas en taxonomía entomológica cayó del 40% al 2%, sin que se compensara con un aumento significativo de trabajos con tecnologías moleculares.
Consecuencias científicas y ecológicas
La falta de relevo generacional y la escasez de contratos para taxónomos dificulta la formación de nuevos especialistas, dejando en manos de aficionados y sociedades no académicas buena parte del trabajo de inventario y conservación. Esta situación pone en riesgo la capacidad de identificar y proteger especies de insectos, un grupo clave en el equilibrio ecológico y la salud de los ecosistemas.
“Estamos perdiendo conocimiento básico que es fundamental para tomar decisiones sobre conservación, salud pública o agricultura”, explican los autores del estudio.
Llamada a una nueva política científica
Los investigadores hacen un llamamiento a las administraciones públicas y universidades para reequilibrar las prioridades científicas, incentivando el trabajo de campo, la conservación de colecciones biológicas y la formación de nuevos entomólogos.
La Universidad Complutense de Madrid, que alberga colecciones históricas como la subcolección Jiménez de Asúa, es uno de los pocos referentes que aún preservan este legado. En sus cajas entomológicas se conserva un patrimonio irremplazable de siglos de investigación, ahora en riesgo por falta de apoyo institucional.
Biodiversidad en cifras
España es uno de los países europeos con mayor biodiversidad de artrópodos, pero el número de especies conocidas sigue siendo incompleto. La falta de especialistas supone un cuello de botella para actualizar catálogos y detectar especies invasoras o en declive.
Este estudio ofrece, por primera vez, datos concretos sobre el declive de la entomología taxonómica en España y plantea una cuestión de fondo: ¿cómo proteger lo que no conocemos?