Durante décadas, los cables colgaban como cicatrices entre los tejados del barrio de Las Matas, cruzando de fachada en fachada, sostenidos por postes que parecían resistirse al paso del tiempo. Hoy, esas líneas aéreas comienzan a desaparecer. En su lugar, la ciudad cava profundo para levantar un futuro más ordenado, amable y moderno.
El Ayuntamiento de Las Rozas ha puesto en marcha una reforma integral en la calle Maestro Serrano, que incluye el soterramiento de 1.554 metros de líneas de telecomunicaciones y baja tensión, la eliminación de 37 postes, y mejoras notables en accesibilidad y asfaltado. La actuación, que se extiende también a la intersección con la calle Martín Iriarte, cuenta con un presupuesto de 475.269 euros y forma parte de un ambicioso plan municipal para enterrar todo el cableado aéreo del municipio.
“Seguimos avanzando hacia un futuro más moderno, accesible y limpio. El soterramiento de cables no es sólo una cuestión estética: también mejora la seguridad, la accesibilidad y el bienestar de los vecinos”, ha afirmado el alcalde, José de la Uz, durante su visita a las obras acompañado por los concejales José Cabrera y Mónica Paraíso.
Más que cables: una transformación integral del espacio urbano
Las obras, que se prolongarán hasta el mes de junio, no se limitan a esconder el cableado. El proyecto contempla también la mejora de 1.309 metros cuadrados de aceras, la renovación de 3.922 metros cuadrados de calzada y la instalación de 1.633 metros de nuevas canalizaciones subterráneas, que permitirán dar soporte a las infraestructuras eléctricas y de comunicaciones del futuro.
Además, se han realizado 61 actuaciones en fincas particulares para trasladar las acometidas a sistemas soterrados, eliminando los últimos vestigios de cables a la vista y reforzando así la uniformidad visual y funcional de la calle.
Una ciudad que mira hacia abajo para elevar su calidad de vida
Lejos de ser una intervención aislada, esta obra forma parte de un plan global de modernización urbana en Las Rozas, que busca enterrar los cables visibles en todo el municipio. La estrategia no sólo responde a motivos estéticos, sino también a criterios de seguridad, sostenibilidad y eficiencia técnica.
Las Rozas se une así a otras ciudades europeas que han comprendido que el futuro pasa por reordenar el subsuelo urbano, liberar el cielo de cables cruzados y recuperar el espacio público para los peatones y el paisaje.
“Transformar una ciudad también es cuidar los detalles invisibles”, concluyen desde el Consistorio, convencidos de que una urbe sin cables a la vista es también una ciudad que respira mejor.