Dicen las lenguas perversas,
las lenguas de doble filo.
las locas lenguas aviesas
retorcidas y traviesas,
las lenguas ya sin sigilo,
comentan que se va Pedro,
que lo tiene muy asumido,
que nadie aguanta en su casa
tanto juicio repentino.
Ni su hermano, ni su madre,
ni su padre ni su esposa
catedrática gloriosa,
soportan ya tanto pleito.
Que los malvados acosan
acusando sin clemencia
a este clan de ser fatal,
e incluyendo de propina
a su fiscal general.
Oh Dios mío, pobre Pedro
cuánto lastre le rodea,
y a chivatazos le brea.
Es por eso al parecer
que con Soros ha charlado
y muy claro le ha dejado
que ya no resiste más
que se aleja mucha milla
por un tema de familia.
Se marcha lejos, muy lejos
volando cual los vencejos
en un día del estío
porque ha llegado al hastío
de Puigdemont de abucheos
de aguantar a tíos feos,
como por ejemplo Aldama.
Y va a gastar sus dineros,
allá por Dominicana.