El debate sobre la reducción de la jornada laboral está sobre la mesa. Recientemente, la ministra de Trabajo y Economía Social, Yolanda Díaz ha insistido en reducir en dos horas y media semanales la jornada para bajarla de las 40 horas actuales a las 37,5. Algo que implicaría trabajar una media hora menos al día. Sin embargo, el debate, a ojo de los datos, no debería estar tanto en el tiempo trabajado, sino en lo que se hace con el mismo. Y es que, España es uno de los países con menor productividad por hora de la Unión Europea, a pesar de trabajar más horas que Alemania o Noruega, pero ¿por qué pasa esto?
La productividad española
Según el estudio de EAE Business School, "La productividad del trabajo y la conciliación laboral", los trabajadores españoles dedican 1.695 horas al desempeño de su jornada laboral a lo largo del año, frente a las 1.363 horas que destinan los alemanes o las 1.424 horas de Noruega. Sobre el papel se puede pensar que queda mucho margen de reducción para equipararse a las jornadas laborales de países de nuestro entorno. Sin embargo, lo que marca la diferencia es la productividad de esas horas.
La productividad por hora trabajada en España es del 31,5%, mientras que en Noruega es del 79,9% - el país con más productividad del mundo –. Otros, como Suiza o Dinamarca están en más del 52% de productividad por hora trabajada. En otras palabras, para lo que un trabajador español necesita 2,5 horas de trabajo, un noruego tan solo necesita una hora. Por eso, se pueden permitir ser los terceros que menos horas pasan en su puesto de trabajo.
¿Cómo se mide la productividad?
El indicador elaborado por Eurostat divide el PIB de una economía entre las horas trabajadas (la llamada productividad aparente del trabajo) expresando el valor creado por unidad de trabajo utilizado (hora de trabajo). Medir la productividad sólo en función del capital asignado a los trabajadores presenta un problema, ya que esta métrica puede distorsionarse por influencias externas. El aumento aparente de la productividad puede deberse simplemente a una mayor asignación de capital, no necesariamente a una mayor eficiencia intrínseca de los trabajadores.
Para resolver esta confusión, se introduce el concepto de Productividad Total de los Factores (PTF), que captura el crecimiento de la producción no vinculado a la acumulación de otros factores de producción. Aunque ofrece una medición más precisa, su complejidad radica en que no es directamente observable.
Si nos enfocamos en la productividad aparente del trabajo en España, una métrica con datos más recientes que la PTF, observamos que su crecimiento promedio entre 2014 y 2022 en términos reales fue del 0,3%, inferior al 0,9% registrado en la totalidad de la Unión Europea.
¿Por qué España es menos productiva?
Generalmente la respuesta se encuentra en dos factores: el nivel del empleo de los trabajadores y el tamaño de las empresas. Los trabajadores con un nivel educativo más alto y técnicamente más cualificados son más productivos. Según constata un estudio del Banco de España. En nuestro país, más del 30% de los asalariados, empleadores y autónomos tienen un nivel educativo bajo, frente al 20% de la Eurozona. Por otro lado, cerca del 35% de los empleados trabajan en empresas con más de 50 empleados, una proporción que alcanza el 66% en Alemania.
Según destaca un estudio de CaixaBank Research, “las grandes empresas tienen una mayor propensión a invertir en activos intangibles y subrayan esta inversión como catalizador del aumento de la productividad”. En España, donde más del 95% son pymes, esta inversión es inferior.
Entonces, ¿cómo trabajar menos y producir más?
Para poder reducir la jornada laboral, sin que afecte a la productividad, ya de por sí baja en comparación con la media europea, España necesita aumentar su productividad de forma notable. Para aumentar esta productividad, los expertos de varios estudios elaborados por BBVA o el Círculo de Empresarios, señalan en aumentar el tamaño de las empresas, facilitando burocrática y fiscalmente su expansión. Además, mejorar las condiciones de financiación y fomentar la inversión en I+D, ya que empresas con mejor capital son más productivas.
En un informe de Banco Sabadell de 2022 se detallan seis pasos para aumentar esta asignatura pendiente, la de la productividad. Lo primero: formar a los trabajadores para que sean más eficientes en su puesto de trabajo y estén actualizados con las últimas innovaciones. Más allá de eso, se recomienda invertir en innovación, realizar pausas laborales cada 90 minutos, mejorar la comunicación interna de las empresas, fomentar el trabajo en equipo y limitar las reuniones innecesarias.
