Crónicas de nuestro tiempo

Felipismo/Sanchismo y analogías

Estamos viviendo la valentía de algunos jueces, que por el hecho de ser responsables en busca de la justicia se están viendo atacados con la crueldad belicosa con que lo hace siempre la izquierda.

Felipe González, fue el iniciador de la corrupción. El iniciador de la venganza olvidada. El amigo del criminal Fidel Castro a cambio de Coibas. Con Felipe González, llegó el abuso, el desfalco, la corrupción, y la expropiación del Grupo Rumasa, constituido por más de 700 empresas, con una plantilla que alcanzaba las 60.000 personas, facturando unos 350.000 millones de pesetas (más de 2.000 millones de euros, que traducidos en tiempo, actualidad y valor, serían más de 20.000 mil millones de euros) anuales; para repartirlas entre amigos, amiguetes y amigos de amigos, que ahora, cuarenta años después, la justicia reconoce el asalto, para qué, con la impunidad delictiva de la banda felipista, los españoles tengamos que indemnizar el atropello y desfalco de aquel gobierno que en nombre de la democracia, hizo muchas cosas parecidas a las que hace el Sanchismo, salvo blanquear a los etarras. Lo de Cataluña es otra historia que también gracias a Felipe, Jordi Puyol, arrastró hasta el Sanchismo.

En aquel tiempo de corruptelas Felipistas; por reparto le tocó bailar con la más fea al entonces juez Marino Barbero con el caso Filesa. Un prestigioso penalista extremeño que accedió a su primera cátedra de Derecho Penal en 1963.

Después de una carrera en la universidad y la Administración, en 1986 Barbero se incorporó al Tribunal Supremo por el cuarto turno, nombramiento aprobado por el Consejo General del Poder Judicial.

El régimen felipista, le negó toda colaboración teniendo que aguantar toda suerte de ataques, insultos y vejaciones por los medios adictos al hoy enriquecido Felipe González por parte del Grupo PRISA.

¡Verdad que empieza a sonar la Jueza Alaya y los jueces Manuel García-Castellón, Pablo Llarena, Manuel Marchena, Juan Carlos Peinado o Joaquín Aguirre…! Jueces que han tomado decisiones trascendentales incidiendo en la política Sanchista/bolivariana siendo sometidos al odio, la persecución, la injuria y la recusación.

En junio de 1991, Marino Barbero comenzó la instrucción de un sumario sobre la corrupción delictiva que el partido socialista había montado mediante un entramado de empresas para financiarse (Malesa, Filesa, Time Export). A estas sociedades, numerosos bancos y grandes empresas pagaban enormes minutas por informes y servicios inexistentes. Por esta vía llegaron al PSOE más de 1.000 millones de pesetas para sus campañas (unos 60 millones de euros de hoy, llevados en tiempo y valor) electorales y el referéndum de la OTAN ¿Verdad que suena en cierta medida a los ERE?

Marino Barbero, realizó su trabajo, registrando las sedes del PSOE y de entidades financieras como el Banco Árabe Español. Barbero fue consciente de que en realidad no disponía de los medios necesarios para desentrañar del todo la maraña de negocios fraudulentos emprendidos alrededor del holding Filesa por el partido en el poder desde 1982.

En aquel entonces, "El servil Oscar Puente de turno" comparándolo en su medida de defensa con el que se engordaba el bolsillo, la vanidad y la fe ciega; presidente de la Junta de Extremadura, Juan Carlos Rodríguez Ibarra, se pasaba los días acusando al magistrado y negando hasta la saciedad. ¡No hay caso!

Rodríguez Ibarra, para sembrar la duda y perjudicar la honradez del juez Marino Barbero, difundía cada vez que tenía oportunidad, que Barbero no había pagado un crédito bancario dando a entender que abusaba de su magistratura: “Si aquí se preguntara a todos los magistrados que van al Supremo, si cumplen sus deberes cívicos pagando sus cuentas pendientes con las instituciones financieras, algún juez no estaría investigando cómo pagan los créditos los partidos políticos y, en especial, el PSOE, sus cuentas bancarias” (El País 23/1/1993).

Rodriguez Ibarra, llegó a decir: "El juez Barbero quiere intervenir en política sin presentarse a las elecciones, dictando sentencias, abriendo y cerrando sumarios, al igual que hace ETA, que quiere participar en la vida política poniendo bombas” 

Barbero, registró la sede del PSOE en Madrid y el Banco de España para obtener la documentación que se le negaba, encontrándose de cara, con la obstrucción felipista, y todo el poder de aquel gobierno que actuando con soberbia delictiva impusiere la misma resistencia que el Sanchismo; ejerciendo toda clase de enfrentamientos, lentitud y humillaciones a través de los medios afines para desacreditar al honrado magistrado… que osó señalar y demostrar la degeneración felipista de quienes creían haber traído la democracia a España, con el mismo cinismo falaz que la banda sanchista, bilduetarra o catalagolpista, difunde su proyecto blanqueador de demócratas al uso con un cuchillo de asalto inmoral  escondido.

José MaríaBenegas y Joaquín Leguina, calumniaron una y otra vez al juez Barbero, junto por el entonces Felix Bolaños de turno y ministro de Justicia, Tomás de la Quadra, quien afirmaba, como lo hace el actual jesuita Bolaños, que había móviles políticos de la mano de la derecha. Mientras, Felipe González al unísono, se quejaba con el sosiego remilgado de voz  que emplea Sánchez, aduciendo que no gozaban de la presunción de inocencia [exactamente lo mismo que ocurre con la ley de violencia de género, negada a los varones, lamentablemente  consecuencia del feminicidio, que no disminuye ni disminuirá porque la mayoría de los que lo hacen, son de un perfil más zurdo que diestro].

En una conferencia en 1994, Barbero afirmó: "La independencia judicial es la última esperanza de la sociedad para combatir a un poder político corrupto y prepotente" que le comparaba con ETA.

El CGPJ le denegó el amparo por 18 votos frente a 11, y Marino Barbero abandonó la Carrera Judicial renunciando oficialmente a la misma, tras cuatro largos años apenas sin medios, instruyendo el caso Filesa, dejándolo con 39 personas imputadas: banqueros, políticos del PSOE y empresarios.

Por este desdichado desamparo, al poco tiempo sufrió un infarto que le llevó a la tumba, posiblemente con la alegría zurda con que los etarras festejaban los asesinatos.

Por último, la analogía estructural de las corruptelas pesoistas, nos conduce a recordar el año 2.000, cuando la Junta de Andalucía, volviendo con otro carro al trigo, instauró un fondo para empresas en crisis dotado con 680 millones de euros.

La partida presupuestaria buscaba solucionar de manera ágil las graves crisis industriales que sufría la comunidad, con despidos masivos, mediante las subvenciones a los ERE de las grandes empresas para pagar las prejubilaciones. Al margen de los ERE, un 15% de la partida se dedicó a ayudas directas a empresas afines al PSOE, que hoy sabemos que el Tribunal Constitucional compuesto por una serie de antidemócratas al frente de la injusticia vendidos al PSOE, han blanqueado tras casi llevarse por delante -en su momento- a la insobornable jueza Mercedes Alaya que instruyó contra viento, marea y criminalidad el mayor escándalo de corrupción de la historia de nuestro país, que acredita a la izquierda  como el movimiento más retrógrado del marco político.

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