La mirada del centinela

Singular

Es innegable, el gobierno de Sánchez es singular, como el acuerdo de financiación que ha firmado con Esquerra Republicana. Ayer, con el presidente Sánchez en el Instituto Cervantes y su vicepresidenta, María Jesús Montero, en el senado, asistimos a un empacho de populismo. El primero habla de más transporte público y menos Lamborghinis (han sido cuarenta y seis los Lamborghinis matriculados en España el año pasado, frente a los innumerables vuelos en Falcón en los que el presidente a malbaratado alrededor de siete millones de euros); la segunda dice que: “el acuerdo dice lo que dice el acuerdo, y lo que no dice el acuerdo no lo dice”. Así que, ya saben, no compren ese Lamborghini que todo hijo de vecino tiene aparcado a la puerta de su mansión, y cíñanse a lo que dicta el gobierno. 

Con estos bueyes hay que arar. Como indicó ayer la vicepresidenta Montero, es la nueva mirada con la que debemos analizar todas las fechorías que perpetra el sanchismo. Ya no se molestan ni en disimular, para qué, las tragaderas del ciudadano medio español parecen insondables. Da igual qué digan, qué hagan, a quién colocan a dedo en cargos públicos. Hay una larga lista de colaboradores afines a Sánchez que éste ha designado para ocupar puestos relevantes en organismos y empresas públicas. El último, José Luís Escrivá, nombrado gobernador del Banco de España. Son hasta diez los exministros colocados a dedo por su Sanchidad. Pero es igual, Sánchez continúa su itinerario, continúa con sus farsas, se cree un demiurgo, el hacedor que ejecuta cada uno de sus antojos sin considerar al vulgo. Sin duda, es un gobierno singular. Y lo es porque actúa a las bravas, pero con tono melifluo, que no se vea el lobo que bala como un cordero. 

¿Dónde está mi Lamborghini, Pedro? Soy uno más de esos currantes que se quedan tirados un día sí y otro también en un tren de Cercanías. Vuestro discurso populista no engaña a nadie ya. La cuestión es que agitar la bandera del miedo a lo que denomináis ultraderecha os sale muy rentable. Mientras ese fantasma os libre de apuros electorales, seremos un país de lejanías; de comunidades autónomas que sufren por esos acuerdos que benefician a otras. Y todo por aguantar como sea el frente del gobierno, por la erótica del poder, como buen narciso que eres, Pedro. 

Quizá estoy siendo demasiado duro con el sanchismo, pobres. Nos dan explicaciones puntuales a todas sus acciones reprobables, aunque sea al modo de Groucho Marx. Ya saben: “el acuerdo dice lo que dice el acuerdo”. Qué más se puede añadir, sobran aclaraciones.

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