Mesas reservadas

Gran Vía 18: tipismo castizo con un twist de modernidad

El restaurante Gran Vía 18 ha abierto sus puertas en el que fue el primer edificio de la arteria más cosmopolita de la capital. Hablamos del antiguo Hotel Roma (abierto en agosto de 1915), obra del arquitecto español Eduardo Reynals Toledo (el introductor del modernismo en Madrid), con su sobria fachada elegante y afrancesada. Su imagen más característica es la de la loba capitolina, campeando sobre una cúpula sustentada sobre un torreón, que escruta la agitada vida madrileña desde las alturas. Su lugar lo ocupa ahora el WOW Concept, una tienda que ha revolucionado el concepto de retail. Cobijado por él, se encuentra Gran Vía 18, en la quinta planta del edificio, un espacio que aspira a ofrecer cocina tradicional con acentos modernos. 

Detrás de la propuesta está el chef del chef Jairo Jiménez, que ha apostado por una carta basada en el producto (puerros de Tudela a la llama estilo calçots, ensalada de tomate, morcilla especial de Burgos o chistorra de Arbizu) y que se inspira en el tapeo madrileño más castizo (con entrantes como la ensaladilla rusa a la brasa con pulpo o unas estupendas croquetas de jamón ibérico semilíquidas con velo de panceta Joselito). Tampoco hay que pasar por alto sus sorprendentes huevos rotos de gallinas camperas, con espuma de bacón y crujiente de panceta.

Un perfecto preámbulo para sus opciones carnívoras o marineras. En cuanto a los pescados y mariscos, sus navajas de buceo (que aquí presentan con una vinagreta templada de portobello y piñones), o su rodaballo a la brasa con salsa menier a la noisette con trinxat de coliflor y cítricos, son dos de las tentadoras opciones, con buena técnica. En cuanto a las carnes, no hay que perder de vista el steak tartar de vaca vieja madurada o el vacío de ternera rubia gallega. Ofrece también menús semanales (18.50€) perfectos para quienes anden por la zona a mediodía. 

Muy notable es también el espacio que acoge al restaurante, inspirado en el retrofuturismo de los años 70, con una zona de barra con ideal para un aperitivo y una “biblioteca” para almorzar, con ventanales bañados por la luz de la Gran Vía. Pero la propuesta no acaba ahí. Una planta más arriba se halla su rooftop, con una carta informal de snacks y tapas, y su coctelería, al frente de la cual está Daniel Regajo (tras su paso por Streetxo o The Gibson, en Londres). Hay también un dormitorio y un baño (!) convertidos en zonas de restauración, y dos magníficas terrazas asomadas a la Gran Vía y a la calle del Clavel, desde ahora mismo la azotea más imprescindible de la ciudad. Y todo bajo la mirada de Luperca, la loba capitolina, restaurada en su lugar original tras su desaparición. Ya sabéis: de Madrid al cielo. Nunca mejor dicho.

 

Gran Vía 18
Calle Gran Vía 18
Teléfono: 694 21 15 28
www.granvia18restaurante.com

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