Sencillamente irresistibles

Las dos huerfanitas

Allí estaba ellas, sentadas y desalentadas en el Congreso, con la respiración agitada, con sus pañuelitos  identitarios de ideología al cuello, los llamados Kufiyas palestinos, con su camisetita de Rosa Parks, activista afroamericana por los derechos civiles y políticos de los ciudadanos negros estadounidenses, que por cierto, cuando las dos huerfanitas eran ministras y “excursioneaban” a Nueva York en plan de lujosas y alegres ultra feministas mandatarias, debieron mantener muy en “negro” su lucha por los negros (no se les noto nada de nada) frente a sus compras en los lujosos establecimientos de los blancos. 

Allí estaban solas, en el Congreso, a pesar del lleno total. Abandonadas en el cubo de la basura de Sumar y vigiladas in extremis por los ávidos ojillos de pajarraco de Doña Libelula&Tucán. 

Allí estaban en  la bancada esperando la limosna de un ministerio, con sus cinco lobitos tienen las lobas, perdón, escañitos, guardados en la faltriquera de las “amenazas” del “si no nos lo dan dejamos el disfraz de corderitas, no jugamos, y te vas a enterar Pedro”.

Allí estaban demostrando que solo importa lo que les importa, doña Irene la del “sí es sí” y doña Ione, la de “me lo de usted por favor,  me dé el ministerio para la madre de los hijos del señorito” sumidas en la desesperación del jarabe de palo. 

Pero no, no lo han logrado, nada que hacer ¡manos vacías! y las dos huerfanitas vuelven a las faldas de su padre adoptivo, el jefe gran Pablo, el de la coleta de antaño, el que recibía las cartas con balas, el que lleva sobre sus espaldas la maldición del lujo de Galapagar, el que se plantea el abandono de Sumar para unirse quizás  a E. R. C. y fastidiar a quienes las han ninguneado. Aunque a este respecto, Rufián, de los Rufianes de toda la vida dice que ni se lo plantean. 

Pero bueno, la danza ministerial las ha “abortado” que lo de abortar es algo que tiene muy a gala la izquierda, y ahora es tarde, señora, que diría Rocío Jurado “ahora ya no puedo alejarlo de mí”, no pueden estar “desministeriadas”, sin mandar, naturalmente por el bien común, o sea, común a ambas mismas y a las de su chupipandi. 

Y en el momento de entregar las Carteras de sus ministerios a sus sucesores, las dos estaban indignadas, eran “huerfanitas enrabietadas”  acusando con voz chillona y cargada de mensaje peyorativo “Hoy nos echan del gobierno”,

La vida, doñas huérfanas,  es tal cual cuando se está cerca del amado y todopoderoso líder.  Hoy por ti, mañana por mí. Así que esto se queda para pasado mañana, porque  ya no le interesáis nada. Ahora nos acostamos con los separatistas.

A día de hoy, la sombra del “Iros a freír monas” la ocupáis vosotras, monas, muy monas, todavía con lianas, pero sin carteras. 

Descansad en paz.

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