La muerte de la escritora madrileña Almudena Grandes, acaecida en noviembre de 2021, en plena pandemia, ha dejado un vacío en el mundo de la literatura española contemporánea.
Hablo de vacío pues la narrativa de Almudena representó mejor que nunca la compleja transición que va de la literatura escrita durante el franquismo hasta la nueva literatura española, que se viene liberando de las viejas ataduras del lenguaje y la imaginación.
Si hoy en día, confluye un grupo de escritoras españolas, que han ganado reconocimiento a nivel nacional e internacional, verbigracia, Rosa Montero, Julia Navarro y Clara Sánchez, el vacío que dejó Almudena, aún no ha logrado ser llenado por las nuevas voces españolas.
En medio de la frivolización global, que también ha tocado a la literatura (vamos de los best seller a los bad seller) va a ser muy difícil superar el alto nivel de calidad literaria, que en sus mejores tiempos, nos dieron autores como Javier Marías, Enrique Vila-Matas, y Manuel Vicens.
Quizás, la escritora que ha escapado a la banalización de la literatura, es Irene Vallejo, que con su libro de ensayo El universo en un junco, ha logrado traspasar las fronteras del país ibérico, y llegar a los lectores del mundo.
En el panorama de la narrativa española contemporánea surgen nuevas escritoras que como Elvira Sastre, Eva Baltazar, Najat el Hachmi (de origen marroquí), y Elizabeth Duval, están situadas en la frontera cultural que va de la paella española al cuscús árabe, el trans, y el ascenso de la extrema derecha en Europa.
En esta perspectiva, quiero referirme a Marisol Esteban Repiso, una escritora nacida en Roa, un pueblo de la provincia de Burgos, que ha alternado la literatura con la producción musical.
Desde su primera novela, Proserpina infelice (Sial Pigmalión) su heroína se encuentra al borde del abismo. Ayudada por un alma cómplice, logra renacer a la vida.
Marisol Esteban recrea una historia contemporánea que nos remonta al viejo mito de Proserpina, quien fue raptada por Plutón, y llevada al infierno.
“Con la precisión de un orfebre e incuestionable maestría. La autora (Marisol Esteban) se mete bajo otra piel, hechizada por una lejana e hipnótica melodía, para encontrar la respuesta a una compleja situación: ¿es posible que las almas unidas por fuertes vínculos durante su vida, también lo estuvieron en existencias pretéritas?”. Afirma Basilio Rodríguez Cañada.
Su segunda creación literaria se titula La constelación de Violeta. Es una novela de iniciación, de regreso a sus raíces.
La escritora Gloria Nistal, afirma, a propósito de su segunda novela: “Conocemos a Violeta Montesano en un tren. Se dirige hacia su destino, que significa la vuelta a sus raíces, con el objetivo de romper definitivamente con el pasado reciente, sin sospechar que en ese mismo lugar se topará con la verdad de su pasado remoto”.
Su más reciente novela, que fue presentada en la pasada Feria del libro de Madrid, se titula El señor Oshi.
Es la historia de un músico que después de sus éxitos en los años ochenta y noventa, de pronto, se ve reemplazado por las nuevas tecnologías virtuales.
Por la novela de Marisol Esteban transcurren las notas musicales de Juan Sebastián Bach y Eric Satie. El libro es un drama trágico-cómico donde se presentan muchas sorpresas rocambolescas, que van develando el imperio mediático en el que nos hemos sumido, y por supuesto, la muerte del artista.
Dentro del espectro multicultural que hoy se presenta en la narrativa española, hay que destacar a Marisol Esteban como una voz diáfana y magistral, que se perfila como una de las mejores novelistas españolas.
