Análisis crítico desde el prisma joven

Pedro Sánchez y la Máquina del Fango: la lucha por el control mediático

Pedro Sánchez y la Máquina del Fango: la lucha por el control mediático - Jessica Lara
photo_camera Pedro Sánchez y la Máquina del Fango: la lucha por el control mediático - Jessica Lara

Si algo bueno hemos aprendido de Pablo Iglesias es que “los medios de comunicación tienen que servir para controlar al poder, para limitar al poder, para vigilar al poder”.

Esta semana, entre otras propuestas, Pedro Sánchez habló de cómo pretendía materializar su lucha contra lo que él denomina “la Máquina del Fango”, “los pseudomedios de desinformación”. Básicamente, su estrategia consiste en retirarles a estos medios las subvenciones públicas que reciben, puesto que, según dicen, sin ellas dichos medios desaparecerían y con ellos la difusión de “bulos”.

Todos sabemos que las subvenciones son esa herramienta que utilizan los partidos políticos para inyectar los recursos del contribuyente en donde les interese. Por supuesto, el fin último de las mismas no crea usted que es otro que el de conseguir votos a corto, medio e incluso a largo plazo, si es que aún queda algún político que piense en este último. 

El líder socialista habló de su preocupación por la amenaza que representan estos “pseudomedios” para la democracia, puesto que según Sánchez, manipulan la opinión pública y condicionan los resultados electorales. Sin embargo, solo para reflexionar, ¿hay algo más democrático que la total y absoluta libertad de expresión?

Íñigo Errejón, alineado con esta visión, fue bastante más específico diciendo lo siguiente: “Vamos a empezar a poner coto a las paguitas de los panfletos ultras”. Es decir, que realmente no se trata de retirarles las subvenciones a los medios que manipulen la información, sino de retirárselas solo a los medios alineados ideológicamente con la “extrema derecha”. Entiendo que será el mismo Comité de Expertos que guió al Gobierno en la pandemia (ese que nunca existió) el que determinará si una información está manipulada o no, si una noticia es o no un bulo… suena hasta orwelliano, ¿verdad?

 A todos nos surge la misma duda, pero no se preocupe porque Vito Quiles ya se encargó de planteársela hace poco a Javier Sánchez Serna, diputado de Podemos: “Usted ha hablado de acabar con la financiación pública a medios condenados por mentir, pero solo ha hecho alusión a las Comunidades del Partido Popular, entonces quería preguntarle si también en esa propuesta entrarían los medios condenados y financiados por la izquierda, que son unos cuantos”. No obtuvo respuesta alguna.

Lo cierto es que la ironía no pasa desapercibida, pues mientras que abogan por retirarle la financiación a ciertos medios, anuncian simultáneamente un generoso paquete de 100 millones de euros destinado a la “digitalización de medios”. La excusa he de reconocer que es buena, hasta que nos damos cuenta de que en pleno 2024 prácticamente todo está ya digitalizado. Traducción: se dejan de subvencionar los medios que no son afines a la ideología del Gobierno, y se redobla la apuesta para aquellos que sí lo son. Otra cosa no lo sé, pero Pedro Sánchez es una persona agradecida allá donde las haya.

La batalla mediática está servida y la guerra por el control de la información en uno de sus momentos más tensos. En el trasfondo, la lucha no es por la verdad ni mucho menos, sino por tener la última palabra en la narrativa nacional.

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