El Flexicar Fuenlabrada dejó una contundente impresión contra el UEMC Real Valladolid Baloncesto, mostrando un juego cohesionado y efectivo que le permitió dominar el partido de principio a fin. La victoria por 96-62 no solo resalta la calidad del equipo visitante, sino también la necesidad urgente del conjunto local de ajustar su estrategia y rendimiento.
¡FINAAAL!✌️
— Flexicar Fuenlabrada (@BFuenlabrada) October 12, 2024
¡GRAN VICTORIA A DOMICILIO DOMINANDO DE PRINCIPIO A FIN!🫡
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Desde el inicio del encuentro, el Fuenlabrada se mostró superior en todos los aspectos del juego. Con una defensa sólida y un ataque dinámico, logró establecer su ritmo rápidamente. Johnny Dee fue el encargado de liderar el ataque, anotando puntos cruciales que permitieron a su equipo tomar la delantera. Su habilidad para penetrar la defensa y convertir canastas clave ayudó a construir una ventaja que el Valladolid no pudo recuperar.
El primer cuarto terminó con un claro 22-12 a favor del Fuenlabrada, que se mantuvo firme en su enfoque defensivo. Cada intento del UEMC por recortar distancias era respondido con rapidez y eficacia por parte de los visitantes, quienes continuaron aprovechando cada error local. La combinación de la agilidad de sus jugadores y la rotación rápida del balón generó oportunidades de tiro claras, y así llegaron a un parcial de 27-12 en el segundo cuarto.
A pesar de algunos esfuerzos individuales del UEMC, como los de Shemar Wilson y Jaan Puidet, el Fuenlabrada no mostró signos de debilidad. La defensa del equipo, organizada y compacta, limitó los espacios y forzó al Valladolid a lanzamientos incómodos. Al llegar al descanso con un marcador de 46-29, la ventaja era más que cómoda para los visitantes.
En la segunda mitad, el Fuenlabrada continuó dominando. Aumentaron la presión y se hicieron notar en el rebote, capitalizando las segundas oportunidades y ampliando la ventaja con un parcial devastador de 9-0 que llevó el marcador a 63-39. Con cada canasta, el equipo madrileño reafirmaba su superioridad, demostrando un juego fluido y bien estructurado que desbordó a un Valladolid impotente ante su propia falta de acierto.
A medida que el partido avanzaba, el Fuenlabrada seguía encontrando espacios tanto por dentro como por fuera, con Lotanna Nwogbo sumando puntos y contribuyendo al juego colectivo. El último cuarto se convirtió en una exhibición del equipo visitante, que, lejos de relajarse, siguió aumentando su ventaja. Con una sólida actuación defensiva y un ataque imparable, el Fuenlabrada cerró el encuentro con un contundente 96-62, un resultado que habla por sí mismo del dominio ejercido durante los 40 minutos.
De la grada a la pista 🔛 de la pista a la grada.
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Esta victoria no solo significa un inicio prometedor, pese a la derrota en casa el otro día, para el Fuenlabrada en la temporada, sino que también establece un claro mensaje a sus rivales: el equipo madrileño está listo para competir y tiene la capacidad de ser un contendiente serio en la liga. .