La experiencia nos dice que la generalización y el obligado recurso a los servicios públicos tienen como efecto más visible las interminables colas de espera para ser atendidos. Pasamos por alto, como no puede ser de otra forma, el carácter eminentemente propagandístico del escenario imaginado para el año 2.030 (la maliciosa Agenda de los gobiernos comprados por las élites), y si me permiten, el imaginado para el 2050, y es algo que no ocultan ni los impulsores de estas potentes pero ruinosas agendas. Lo que pretenden estos proyectos nos ilustra sobre la grave conmoción causada por la innegable “bajada social” de la clase media europea. Estos gobiernos que compran la Agenda 2030 y el proyecto para 2050 desafían al ciudadano con lo opuesto a lo que el elector expresa en las urnas. Analizando esa propaganda ideológica y engañosa, lo que procede es examinar las propuestas del pésimo Gobierno de Pedro Sánchez, ya que sus medidas no son medidas, son un conjunto de mentiras donde se observa el poco intelecto que posee este cruel Gobierno. En esencia, Pedro Sánchez, siempre nos ha dicho que vamos a pagar impuestos hasta exprimir a los españoles, y su intención más latente es que vamos a vivir conforme a los parámetros que determinen los poderes públicos comprados por los grupos sociales que ostentan las élites. Pedro Sánchez tiene entre ceja y ceja eliminar España como nación soberana (en eso consiste la Agenda 2030), y el ejemplo más claro es programar con la inestimable colaboración de todos los grupos políticos excepto Vox (incluido el PP), el número exacto de inmigrantes que cada año deben venir a España, siguiendo los esquemas de los magos negros que aconsejan y representan a las grandes élites.