La mirada del centinela

El rejón

Los miembros y miembras de Sumar -partido de comunistas que soñaron con ser burgueses- se han puesto a dar explicaciones de lo que, sin duda, es inexplicable: querer tapar un escándalo de acoso sexual tras la bandera del feminismo. Ese comportamiento, que a las personas sensibles y juiciosas nos parece una aberración, es un modus operandi consustancial a su formación política; después de todo, viven de la hipocresía. 

Íñigo Errejón, el hombre rijoso con cara de párvulo, es un presunto agresor sexual. Las denuncias hacia el otrora defensor de las mujeres se suceden mientras la vicepresidenta segunda del Gobierno, Yolanda Díaz, alega desconocer la conducta depredadora de su amigo y mano derecha (tiene las dos muy largas, a tenor de los testimonios de las mujeres acosadas). La Yoli, que es una progre pija con un discurso propio de Ozores -ya saben, aquel actor cómico que se inventaba palabras ininteligibles- se hace la orejas y culpa de su negligencia al empedrado. Ahora dice que no conocía los devaneos de su colega, que, de saberlo, no habría sido diputado ni portavoz del partido. Qué cuento tiene, más que Calleja. Lo sabe, al menos, desde junio de 2023, cuando la diputada de Más Madrid, Loreto Arenillas, medió para que la chica a la que Errejón manoseó en un concierto no hiciera público el acoso. 

Lo que queda patente es que grupos políticos como Sumar, Más Madrid, Podemos y demás confluencias neocomunistas son meros farsantes. Han demostrado que sus intereses se circunscriben a su propio bienestar, no les importa una higa el feminismo que tanto abanderan. Nos machacan hasta la náusea con sus invectivas contra el machismo y tapan las conductas machistas de uno de sus principales líderes, no se puede ser más cínico. Solo les importa conservar sus salarios de políticos intrusos. Y para más inri, Pedro Sánchez, luego de pasear por la India montado en un coche floreado –a buen seguro convencido de ser un dios olímpico de paso por la Tierra- asegura que la actuación de la Yoli ha sido contundente ante el ´caso Errejón´.  

Contundente es el rejón, el rejón que lleva Sumar en el morrillo, y por el que la formación impostora se desangra. Los neocomunistas extienden su mantra perverso allá donde se instalan, ya sea acampados en la plaza Mayor o en un escaño del parlamento. Ensucian la democracia y quieren salir indemnes, pero las urnas les pondrán en su sitio; de lo contrario, lo que estará pervertido será el sentido común de sus votantes. Íñigo y sus compinches no son más que una especie de piñata que está siendo apaleada por niños con los ojos vendados. Cuando se quiten la venda, comprobarán que la piñata está vacía.

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