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El Papa Francisco en el G7: la IA necesita ética y política para servir a la humanidad

El Papa Francisco en el G7 - Alberto Gil de la Guardia
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En un evento sin precedentes, el Papa Francisco, conocido por su enfoque progresista y su capacidad para romper moldes tradicionales, asistió a la cumbre del G7 en Borgo Egnazia, Apulia. Este encuentro, que tuvo lugar el 14 de junio de 2024, marcó un hito en la historia moderna al ser la primera vez que un pontífice católico participaba en dicha cumbre. La razón de su asistencia no fue otra que debatir sobre uno de los temas más trascendentales de nuestro tiempo: la inteligencia artificial (IA).

El Papa Francisco no escatimó palabras al describir la inteligencia artificial como un "instrumento extremadamente poderoso". En su discurso, destacó que la IA no solo representa un avance científico, sino una "revolución cognitiva-industrial" que transformará profundamente la estructura social. Sin embargo, esta transformación no está exenta de riesgos. Según el Papa, el desarrollo y uso de la IA deben estar guiados por principios éticos sólidos y una política sana que ponga estos avances al servicio de la humanidad.

El mensaje del Papa Francisco fue claro y contundente: la tecnología, y en especial la IA, debe estar al servicio de la humanidad. En su discurso, enfatizó la necesidad de una "sana política" para evitar que el paradigma tecnológico se convierta en un "paradigma tecnocrático", mucho más peligroso. Para Francisco, la política debe desempeñar un papel crucial para garantizar que la inteligencia artificial se utilice de manera que respete y promueva la dignidad humana.

El Papa subrayó la importancia de la política en la gestión de la tecnología, destacando que a pesar de la percepción negativa que muchas personas tienen de la política, esta es esencial para el funcionamiento del mundo. "La política sirve", afirmó Francisco, recordando que en momentos difíciles, los grandes principios y el bien común deben prevalecer sobre los intereses inmediatos y mezquinos.

En uno de los pasajes más profundos de su discurso, el Papa Francisco destacó que, aunque las máquinas puedan tomar decisiones técnicas basadas en algoritmos y datos, la verdadera capacidad de decisión reside en el ser humano. Afirmó que debemos garantizar que los seres humanos mantengan un control significativo sobre los procesos de elección en los programas de inteligencia artificial, para proteger la dignidad humana y asegurar un futuro esperanzador.

Durante la cumbre, el Papa Francisco no solo se dirigió a los líderes mundiales en una sesión plenaria, sino que también mantuvo reuniones bilaterales con varios presidentes y jefes de Estado. Entre ellos, el presidente estadounidense Joe Biden, el presidente francés Emmanuel Macron, y el primer ministro canadiense Justin Trudeau, entre otros. Estos encuentros subrayaron la importancia de la cooperación internacional en la era digital y tecnológica.

La participación del Papa Francisco en la cumbre del G7 representa un llamado a la reflexión profunda sobre el papel de la tecnología en nuestras vidas y la necesidad de una gobernanza ética. En un mundo donde la inteligencia artificial está cada vez más presente, el mensaje del Papa resuena con fuerza: la tecnología debe ser un instrumento al servicio de la humanidad, guiado por principios éticos y una política comprometida con el bien común. Esta visión no sólo redefine nuestra relación con la tecnología, sino que también nos desafía a construir un futuro donde la dignidad humana y la justicia social sean prioridades fundamentales.

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