El sentido de mis letras...

La viticultura como patrimonio

Para los diccionarios (aquellos fabulosos e increíbles diccionarios de las décadas de los 70 y 80 del siglo pasado), patrimonio es el conjunto de bienes, riquezas y derechos adquiridos pertenecientes a la persona.

No obstante, el patrimonio relacionado con la viticultura se relaciona exactamente con la riqueza cultural. ¡Sí, el buen vino es cultura! ¡Es patrimonio cultural, es la herencia que recibimos del pasado y transmitimos a las futuras generaciones! Eso sí, a algunas generaciones actuales eso del vino y de la cultura no les interesa demasiado.

Es una realidad que viticultura, vid y vino son costumbre, son tradición y son cultura. El patrimonio de la vid es una invitación a festejar lo heredado, a recordar nuestro pasado y reflexionar sobre el futuro, es decir, reflexionar sobre la tradición, el trabajo y la innovación del apasionante tema de la viticultura. ¡Hay que reconocer como cultura y patrimonio a todo lo que esté relacionado con la vid y el vino!

Reconocer que el patrimonio cultural no se reduce a piezas museísticas, monumentos, estatuas y edificios, es básico. Por ejemplo, hay que reconocer la fermentación de la uva como cultura, aunque en esa cultura también entren música y bailes dedicados a la vendimia, a la vid y al vino. Hemos de tener en cuenta que la fermentación de la uva es uno de los importantes descubrimientos del hombre desde hace muchísimos siglos: el vino resulta de la fermentación del jugo de uva producida por la acción de levaduras naturalmente presentes en la fruta, es decir, su historia es la de la propia humanidad.

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