Una familia no residente en Madrid vivió una amarga experiencia el pasado fin de semana tras visitar el Zoo de la capital. Lo que prometía ser un día agradable en uno de los recintos de fauna más conocidos de España terminó con un violento robo en el aparcamiento público cercano al zoológico, según relataron las víctimas a través de redes sociales.
“Esto es lo que pasa cuando vienes a pasar un bonito día al Zoo de Madrid…”, comienza la publicación en Instagram, donde una de las víctimas relata con indignación cómo, al regresar al coche para volver a casa, encontraron el vehículo violentado. “Nos han robado. La luna rota, se han quedado a gusto, nos han destrozado el coche”, continúa la denuncia.
Entre los objetos sustraídos se encontraba una maleta con pertenencias de valor y una mochila infantil que contenía una consola Nintendo Wii con varios juegos, lo que ha generado especial consternación por el impacto emocional en los más pequeños. Además, describen que el interior del vehículo quedó cubierto de cristales y completamente desordenado.
Lo más preocupante, según los afectados, es la aparente habitualidad de este tipo de delitos en la zona. “Esto pasa habitualmente, no hay ningún tipo de cámara, no hay ningún tipo de seguridad”, señala la publicación, que también denuncia la inacción policial ante el suceso: “Llamas a la policía y ni siquiera acude, porque esto parece que es habitual aquí”.
La víctima explicó que, ante la falta de respuesta in situ, se les indicó que lo único que podían hacer era acudir a una comisaría para presentar una denuncia formal.
Críticas a la falta de prevención y seguridad
El relato ha generado reacciones en redes sociales, donde numerosos usuarios han mostrado su solidaridad con la familia y han cuestionado la falta de vigilancia y medidas de seguridad en un lugar tan concurrido como es el entorno del Zoo de Madrid, que recibe miles de visitantes cada semana, muchos de ellos con menores.
Hasta el momento, no ha habido una respuesta oficial por parte del Zoo de Madrid ni del Ayuntamiento en relación con los hechos ni con la supuesta ausencia de cámaras o vigilancia en el área de estacionamiento.
La familia afectada concluye su publicación con frustración: “A gustito se han quedado”, dejando claro que su experiencia ha sido profundamente negativa, no solo por el robo en sí, sino por la sensación de abandono institucional que dicen haber sentido.
