La detención de dos ciudadanos españoles en Venezuela, José María Basua Badovinos y Andrés Martínez Adasme, ha generado controversia internacional. Las autoridades venezolanas, a través del ministro del Interior, Diosdado Cabello, han acusado a ambos de tener vínculos con el Centro Nacional de Inteligencia (CNI) español y de formar parte de un complot para asesinar al presidente Nicolás Maduro y ejecutar actos violentos contra la embajada argentina en Caracas. Cabello afirmó que los detenidos formaban parte de una operación más amplia supuestamente liderada por la oposición venezolana, en particular por la figura de María Corina Machado, y vinculada también con la CIA.
El gobierno español ha negado cualquier relación de los detenidos con el CNI y ha solicitado acceso consular a los dos ciudadanos. El Ministerio de Asuntos Exteriores de España, dirigido por José Manuel Albares, ha afirmado que se están tomando medidas para garantizar la protección de los derechos de los detenidos. España ha enviado una nota verbal al gobierno venezolano pidiendo clarificación sobre las acusaciones y la asistencia consular para los detenidos.
Esta situación se da en un contexto de tensas relaciones entre Venezuela y España, con acusaciones cruzadas de espionaje y desestabilización política. La narrativa del gobierno venezolano también ha señalado la implicación de agencias estadounidenses como el FBI y la CIA en el complot, lo que ha intensificado aún más las tensiones internacionales.
