Primavera

Efectos de la primavera en la salud: cómo afecta el cambio de estación a nuestro bienestar

La primavera ya está aquí y, aunque es una estación esperada por muchos debido al aumento de temperaturas y las horas de luz, también trae consigo ciertos efectos en la salud que pueden afectar a nuestro bienestar.
Cómo nos afecta la primavera - 
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Cómo nos afecta la primavera: desde la astenia primaveral hasta las alergias, pasando por problemas en la piel y afecciones respiratorias, es importante conocer estos riesgos para poder prevenirlos y disfrutar al máximo de esta estación.

Astenia primaveral y trastorno afectivo estacional

El incremento de la luz solar y la subida de temperaturas impactan en nuestro organismo, favoreciendo la producción de determinadas sustancias que influyen en nuestro estado de ánimo. Muchas personas experimentan un aumento de la energía y del bienestar, lo que se conoce como euforia primaveral. Sin embargo, otras pueden sufrir fatiga, irritabilidad, pérdida de apetito y cansancio, síntomas propios de la astenia primaveral.

Para minimizar estos efectos, se recomienda mantener horarios de descanso regulares, realizar ejercicio físico con frecuencia, llevar una alimentación equilibrada y respetar el reloj circadiano del cuerpo.

Alergias: el gran enemigo primaveral

El aumento de la temperatura y las lluvias primaverales favorecen la proliferación de pólenes. Las alergias al polen pueden manifestarse a través de rinitis alérgica, conjuntivitis, dermatitis e incluso asma, lo que supone una gran molestia para quienes las padecen.

Para reducir la exposición al polen, los expertos recomiendan purificar el aire del hogar, ventilar durante el mediodía, cerrar las ventanas el resto del día y evitar actividades al aire libre en parques y jardines. Además, el uso de mascarilla en días de alta concentración de polen puede aliviar los síntomas. En caso de necesitar tratamiento, es fundamental seguir las indicaciones médicas y conocer los efectos secundarios de los antihistamínicos, como la somnolencia, especialmente si se va a conducir o manejar maquinaria pesada.

Problemas en la piel: hongos, bacterias y radiación solar

El aumento de la temperatura y la humedad en primavera crean un ambiente propicio para la proliferación de hongos y bacterias que pueden afectar la piel. Además, la mayor exposición al sol puede provocar daños cutáneos si no se toman las precauciones adecuadas.

Para prevenir problemas en la piel, se recomienda utilizar protectores solares adecuados al tipo de piel y al tiempo de exposición, optar por ropa de tejidos naturales como algodón o lino que permitan una correcta transpiración y mantener una hidratación adecuada mediante cremas hipoalergénicas y el consumo de suficiente agua.

Resfriados y su confusión con la alergia

Aunque muchas personas asocian los resfriados con el invierno, en primavera también son frecuentes y pueden confundirse con los síntomas de la alergia. La diferencia clave es que la alergia suele durar más tiempo, aparece de forma brusca y en brotes, mientras que el resfriado se desarrolla de manera progresiva y puede venir acompañado de fiebre y dolores musculares.

Para prevenir los resfriados primaverales, se recomienda lavarse las manos con frecuencia, ventilar los espacios cerrados, evitar el contacto con personas enfermas y fortalecer el sistema inmunológico con una alimentación equilibrada, ejercicio físico y descanso adecuado.

Gastroenteritis: el riesgo de los virus y bacterias

Con la llegada de la primavera, también aumentan los casos de gastroenteritis, provocados tanto por virus como por bacterias. Patógenos como la salmonela proliferan con el aumento de la temperatura y la humedad, especialmente en alimentos mal conservados.

Para evitar intoxicaciones alimentarias, es crucial conservar los alimentos en condiciones óptimas, verificar su estado antes de consumirlos, cocinarlos a la temperatura adecuada y lavarse bien las manos antes de manipularlos.

Cómo disfrutar de una primavera saludable

A pesar de estos desafíos, la primavera es una estación que invita a la actividad personal y social, favoreciendo el bienestar general. La clave para disfrutar de ella sin contratiempos es la prevención: conocer los efectos que puede tener en la salud y adoptar medidas para minimizar sus riesgos. Con una buena planificación y hábitos saludables, es posible aprovechar todo lo positivo que trae consigo esta época del año.