Sofía entre libros

Conociendo a María José Codes

Como ya os he comentado alguna vez, además de comprar libros por encima de mis posibilidades y de mi presupuesto, también me gusta cogerlos prestados de la biblioteca, igual que en su día era la clienta número uno del videoclub de mi barrio. Esta costumbre que se ha ido perdiendo en gran parte, me ha traído incontables alegrías. Voy siempre a Eugenio Trías, en el parque del Retiro, porque reciben muchas novedades que merecen la pena y me permiten conocer autores que de otra manera nunca hubiera leído; también me recuerda libros que en su día no compré pero que siempre quise leer. Hoy os traigo una de mis últimas alegrías de la biblioteca: conocer la obra de María José Codes. He leído dos novelas suyas, A corta distancia y Los intactos, que son sobre las que voy a hablar hoy y sobre las que la autora me ha contestado unas preguntas.

Comencé leyendo A corta distancia porque me atrajo mucho la sinopsis de la contraportada, una agresión a finales de los setenta en el Retiro en el que un estudiante universitario falleció a manos de otro grupo de jóvenes. Muchos años después una superviviente se encuentra casualmente con uno de los agresores en una de esas situaciones complicadas en las que nos coloca el azar. Así lo dice María José en la novela:

“El azar gastaba bromas de mal gusto. Si hubiese querido encontrarse con ese hombre, nunca lo habría conseguido. Pero lo último que deseaba era volver a verlo y eso lo hacía posible. ¿Cuáles eran las probabilidades de coincidir, después de más de treinta años, con alguien de quien huía, viviendo ambos en la misma ciudad?”

Con el punto de partida de la agresión y el homicidio de Claudio, la autora nos va enseñando el micro cosmos que rodea a la novia superviviente, a su hija, su marido, su mejor amiga y todas las relaciones que se tejen entre ellos como una tela de araña. Hasta que un día, más de 20 años después, el agresor y la agredida se encuentran en una cena casual, ¿qué haríais vosotros en esa situación?

Está escrito de manera brillante, con detalle pero sin floritura innecesaria, además de forma concisa, ojalá hubiera sido una novela de quinientas páginas. Os la recomiendo mucho para conocer a esta autora.

La segunda novela, Los Intactos, es sustancialmente diferente a la anterior, pero igualmente placentera de leer. Con mi reseña de la primera pude hablar con la autora y ella me recomendó seguir con esta. No se equivocaba.

Esta es la historia de dos mujeres que llegan a una casa de campo en el norte de Inglaterra. Huyen de algo pero no sabemos de qué. Será la más joven la que nos cuente la historia o, al menos, lo que recuerda de ella. Os dejo parte de un diálogo:

“Somos los intactos, los que salimos indemnes y nos sentimos culpables. No puedo prometerte que alguna vez dejes de sentirte en deuda con los que tuvieron otra suerte, pero el dolor remitirá, te lo aseguro.”

En este libro es mucho más importante la atmósfera angustiosa que se crea y todo lo que ella no nos cuenta, que la propia historia en sí. Para mí esta técnica es muy interesante porque te hace más parte de la historia que, además, puedes completar con tu imaginación.

Ahora después de recomendaros leer a María José Codes, os dejo con unas preguntas que le he hecho y ella muy amablemente ha contestado. Así podremos conocerla un poco mejor.

En tu novela A corta distancia te basas en un desafortunado incidente real que ocurrió en el Retiro, ¿qué te llamó la atención de esta noticia para transformarla en una novela?, ¿consideras que de alguna manera estas haciendo la justicia que los tribunales no les concedieron a estos jóvenes?, ¿has llegado a conocer a alguno de los que estuvieron envueltos en esa pelea?

Para mí no se trataba de una “noticia”, sino de un recuerdo lejano, pero indeleble. El asesinato de Claudio en A corta distancia está basado en un hecho real ocurrido en 1979 a un amigo mío. Yo acababa de entrar en la universidad y él ya estaba terminando la carrera de Historia. Aquellos años de la transición fueron más turbulentos de lo que hasta hace poco contaban los libros. 

Los agredidos eran compañeros de la facultad a quienes conocía. De los agresores solo he tenido noticia por los periódicos y últimamente por una periodista de investigación.

No creo en la justicia poética, la verdad. Por eso no pretendía que la narración se centrase solo en este personaje, sino también en la posibilidad del reencuentro entre personas que un día se enfrentaron. Esos encuentros indeseados, que se producen a veces en la vida real, siempre me han parecido inquietantes.

¿Qué te inspira cuando te planteas escribir una nueva novela?

Escribo sobre lo que me afecta: la muerte violenta de un amigo, las rupturas familiares, la fragilidad mental y emocional de las personas… También me gusta, de vez en cuando, trabajar con personajes históricos, como hice hace años en La peluca de Franklin, o ahora, en la novela que estoy escribiendo, sobre la que no puedo avanzar nada todavía (risas).

Más específicamente, ¿Los Intactos es pura ficción o también esta basada en algo real?

Siempre hay cierta dosis de realidad en mis novelas, porque, como ya te he dicho, escribo sobre lo que conozco, sobre entornos en los que me he movido. Pero en este caso, los hechos reales están algo más difuminados, arropados con mayor ficción. 

Encuentro diferencias importantes en tu forma de escribir entre ambas novelas, creo que en Los Intactos es mas importante todo lo que no cuentas expresamente, ¿era tu idea? Hay una parte de la historia que me queda pendiente, como por ejemplo saber de qué huyen y qué relación tienen las protagonistas.

Sí, mi idea en Los intactos era, como dices, no contar expresamente demasiado. Creo que no es difícil intuir lo que falta, pero me interesaba más crear un ambiente angustioso y opresivo para que se comprendiera mejor el estado de ánimo de la protagonista. 

¿Tienes una rutina de escritora? ¿Cuánto tardas aproximadamente en terminar un proyecto?

Me encantaría tener una rutina, porque tardaría menos en escribir cada proyecto. Pero no llevo una vida muy rutinaria, así que nunca tardo menos de dos años en escribir una novela.

He leído que también das clases en Hotel Kafka, ¿qué recomiendas a tus alumnos que están empezando a escribir?, ¿hay algo que te haya ayudado especialmente a escribir libros?

He sido docente en Hotel Kafka, en la Fundación José Hierro y en la Escuela de escritores, en Madrid. Además de leer mucho, solo les pido a mis alumnos compromiso y autoexigencia. Eso conlleva saber escuchar para no dejar de aprender nunca. 

Muchas gracias por tu extrema amabilidad María José, seguiré leyéndote con devoción y ojalá salgan algunos nuevos lectores de esta columna. 

Nos vemos en el próximo artículo con las recomendaciones estivales definitivas para que este verano tengáis un plan por encima de los demás: leer, leer, leer.

Gracias por estar aquí.