El Perfume del Vino

Hacia una filosofía práctica del vino: Filosofía de la metáfora en el vino (Parte II)

Hacia una filosofía práctica del vino: Filosofía de la metáfora en el vino (Parte II). La retirada de la metáfora en el vino.

Al hilo del artículo anterior les invitamos a seguir acompañando, junto al veneciano Antonio Vivaldi, a “La Farfalletta Audace”, una audaz mariposa en su vuelo a un legendario santuario en la Giudecca, un famoso jardín que el aristócrata Frederic Eden y su mujer cultivaron a finales del siglo XIX en Venecia y que hoy permanece cerrado y abandonado.

“La Farfalleta audace”

Es el relato de la nostalgia y la ensoñación del Edén perdido.

Heidegger afirmó que el ser humano es “ser-ahí” (Dasein), único “ente” que entiende y se pregunta por el Ser.

Y es el “ser del vino” el que contribuye a responder a esa pregunta, enriqueciendo y proveyendo de significado al “Ser”. 

¿Por qué?

Porque el vino es la metáfora que nos acerca a un desdibujado y remoto recuerdo de ese vergel del cual la humanidad fue expulsada. Un jardín que resistiéndose a desvanecerse todavía persiste en nuestra memoria colectiva. Es un juego de aproximación y retirada. 

Un jardín,… un “ahí” donde el Ser fue, es y será “ser-ahí”.

Y es de la aproximación y retirada (entfernt) de la metáfora de lo que intentaremos argumentar en este artículo. Porque la retirada de la metáfora es una forma de metáfora por sí misma. 

Al degustar un vino sus moléculas volátiles nos permiten experimentar diversos olores.

Son diversos “Lo Ente” (aquello que percibimos) a los que podemos asignar términos metafóricos tales como olor a “cítricos”, a “naranja”, a “flores” o a “rosa”, entre otros. 

Son metáforas que, al proveer de un significado a lo que experimentamos, acercan eso que apreciamos olfativamente (los diversos “Lo Ente”) al “Ser” del vino, entendido en términos profundos del por qué y el para qué existe, p.ej., para ser degustado.

Son metáforas que facilitan el des-velamiento del ser del vino durante el tránsito por los diferentes niveles en su profundidad ontológica. 

Un desvelamiento que se inicia en “Lo ente” (“Das Seiende”), o sea en lo que percibimos, y transita hacia “La Cosa” (“Das Ding”) que nos en un nivel ontológico más fundamental de la realidad, más cercano al "ser" del vino, e inclusive al “ser” de la condición humana.

En la infografía a continuación se detallan estos aspectos.

Niveles en la profundidad ontológica del vino - Hosanna Peña
Niveles en la profundidad ontológica del vino - Hosanna Peña

Sin embargo estos tropos (metáforas) pueden no describir ni desvelar en su totalidad el ser de aquello que percibimos. Es decir, afirmar que un vino tiene un olor a cítricos o inclusive a limón no aborda la auténtica profundidad ontológica de esa percepción “cítrica”. 

Ya que ese “Lo Ente” que percibimos y al cual le asignamos una metáfora, como sería el término “cítrico”, suele ser mucho más complejo, involucrando olores a limón, o a naranja agria, a lemongrass u a otras muchas plantas que también poseen cierta dimensión cítrica.

Esta imprecisión de la metáfora ha sido denominada por Martín Heidegger y Jacques Derrida como la retirada de la metáfora. Una metáfora que, a la par que acerca “Lo Ente” al Ser también lo aleja posicionando nuestra experiencia en un nivel ontológico más superficial.

Acercamiento y retirada de la metáfora en el vino - Hosanna Peña
Acercamiento y retirada de la metáfora en el vino - Hosanna Peña

Y sin embargo, dicha retirada se constituye a su vez en una forma de metáfora por sí misma. Lo cual permite el surgimiento de nuevos significados y a su vez de nuevas metáforas, las cuales se estructuran en capas de significado que se entrelazan y se pliegan de maneras inesperadas acercándonos de nuevo al “Ser” a través de “La Cosa”. 

A continuación les mostramos una infografía para una mejor comprensión de lo anteriormente expuesto.

La retirada de la metáfora el vino como forma de metáfora en sí misma - Hosanna Peña
La retirada de la metáfora el vino como forma de metáfora en sí misma - Hosanna Peña

¡Acompáñennos en un ejemplo práctico!

En esta ocasión nos adentraremos en “la verdad del ser” del linalool, una molécula volátil clave en el perfume Chanel 5 (1921) y en el olor del cilantro o la lavanda. 

Sin embargo dado que el linalool es difícil de adquirir utilizaremos como “sucedáneo” del mismo las semillas de cilantro. De tal manera que el cilantro, utilizado como metáfora del linalool, permite el “des-velamiento” del resto de los ente-aromas que surgen como metáforas del “ser” de este monoterpenoide que es el linalool. Metáforas como el olor a lavanda, a rosa o a cítricos, entre otros.

Y es que el linalool está presente tanto en el cilantro (Coriandrum sativum L.) como en la lavanda en una concentración del 58.0–80.3% y del 25–38% de sus aceites esenciales respectivamente. 

El linalool es un terpeno, específicamente un monoterpenoide, cuya forma natural es común en muchas flores, plantas aromáticas y frutas, especialmente los cítricos. Y es por esto que el linalool suscita metáforas a naranja, limón, e incluso metáforas a rosa, lavanda, arándano o cilantro.

Es una multiplicidad compleja de niveles metafóricos de frutas y flores que nos evocan el jardín originario del que ya habíamos comentado en la primera parte de este artículo. 

En los vinos elaborados a partir de las uvas de ciertas variedades tales como la Merlot, la Tempranillo, la Airén, la Macabeo, la Chardonnay, la Viognier, la Syrah o la Garnacha, entre otras, el linalool puede identificarse fácilmente en ellas, ya que en las mismas se encuentra en una concentración por encima del umbral olfativo.

Nuevamente les invitamos a triangular los aromas del vino.

Les invitamos a identificar, como metáfora del linalool, el aroma de cilantro en vinos elaborados a partir de estas variedades.

linalool - Hosanna Peña
linalool - Hosanna Peña

Y una vez identificado el cilantro, o lo que sería lo mismo el linalool, intenten identificar en estos vinos los olores que forman parte de la dimensión olfativa del linalool como son el limón, la rosa o la lavanda. También pueden comparar la similitud del olor de lavanda con el cilantro o con la rosa.

lavanda - Hosanna Peña
lavanda - Hosanna Peña

¡Sorprendente! ¿no es así?

Por más que intentemos describir y conceptualizar “el ser” del vino en término de sus olores, ya sean entendidos como “la cosa” o como “lo ente”, el ser del vino se mantiene en una especie de reserva, escapándose de una representación total y fomentando el surgimiento de la metáfora. 

Acercar la metáfora a un nuevo nivel de significado es lo que provee la filosofía práctica del vino.

Hemos comenzado a habitar la verdad más amplia del ser del vino en un viaje tras la frontera original y la de los propios límites, porque es, precisamente desde la ek-sistencia que se suscitan las metáforas ante la “retirada del ser”. 

Pero esto lo dejamos para la próxima entrega de esta trilogía.

[Continuará]