La mirada de Ulisas

Tiempos de mucha reflexión

LA MIRADA DE ULISAS, bajo este nombre me he dado a conocer en este maravilloso periódico El Diario de Madrid. Me abrió sus páginas con afecto e interés gracias a la publicación de mis numerosos artículos. Realización lograda para beneficiar a sus lectores con sus magníficas entregas. Me permite exaltar sus ediciones por la labor que desempeña con mis colegas y con mis aportes. Veo con alegría que cada día cobra mayor fuerza y adeptos. Bella tarea la que realiza en tiempos cuando la información abunda y no siempre se entrega con la mejor calidad ni con sabiduría. Tantas veces con noticias falsas o desvirtuadas. Sin embargo, este periódico informativo se ha propuesto desde su nacimiento divulgar verdades con argumentos, bajo la pluma maestra de grandes autores con sus propios sesgos, sin censura y con todas las posibilidades de expresar posiciones, sentimientos, pensamientos y consideraciones al antojo del creador de los artículos. Gracias a tal cuidado se coloca en la posición de un dador de noticias de calidad. Debo aplaudir la iniciativa de su director y sus colaboradores, ya que cumplen con una función vital de dar a conocer realidades, que ayudan a proporcionarles variados e inteligentes puntos de vista a sus seguidores.

En mi caso, como la mirada que soy, la de Ulisas, como me bauticé para darle la personalidad a quien intenta aportar su granito de arena en este vasto mundo informativo, viajo al corazón humano y me adentro en el alma de mis semejantes para analizar más a fondo la fuerza o el sentido de cada situación. Representa el impulso prometido que, gracias a mantener los ojos abiertos, me autoriza a ver más claro. Por ello, mis artículos han sido tan variados. En el caso actual, el que ofrezco en este momento a la querida y entrañable audiencia, anhelo traer a colación un escrito ya publicado en una de mis novelas “Las tres gracias”. Libro editado por la Editorial Sial Pigmalión, donde planteo en… (pero antes queridos lectores, quiero hacer la salvedad, que mi mirada también escribe novelas y poesías. Es mi oficio primordial.)… un aparte de mi texto sobre la muerte, que nos atañe a todos y que presenta propuestas diversas. En el párrafo concerniente a la parca, el libro reza: “En realidad es un enigma que nos trae curiosos y ansiosos a muchos, por no generalizar a todos. Sin excepción, creo que se constata que a la mayoría de las personas el asunto preocupa y nos ocupa. De algún modo fantasearnos en otra dimensión, al imaginar varias posibilidades se torna tema existencial. Aunque se le puedan dar diversas exégesis, evidente, nos resulta que nadie ha regresado para contarnos la realidad como tal de modo directo. La forma de visualizar el más allá se presta a elucidaciones y a ideas de acercarnos a un concepto de carácter personal. Algunas religiones dan la certeza de lo que proclaman, como puede ser la católica o el cristianismo en general, que ven en Jesús al Dios que retornó para contar la legitimidad de un porvenir, única versión aceptada por ellos. Difundida como la histórica y verídica para sus feligreses. Los orientales también manejan sus concepciones. Afirman la existencia de otras vidas. Sus creencias dictan una evolución o involución según la forma como cada individuo haya llevado sus horas de vuelo, al tomar en cuenta que se dan nuevas ocasiones de caer en el ocaso o el subir a las cimas. Permiten regresar bajo la presencia y acción de otro cuerpo. Inclusive algunas tendencias hablan de reencarnar en insectos, plantas u otro tipo de animales… En el judaísmo, estudiado por mí debido a la influencia de mis raíces, se deja la opción de creer o no en la reencarnación. Cada persona es libre de pensar acerca de los avatares de la vida futura. Sin embargo, se hace hincapié sobre el hecho de que en el plano terrenal se debe trabajar la mejor versión de sí mismo. Se da a entender que existe una vida futura para el castigo o la recompensa. Cada religión y todo individuo interpretan este enigma a su conveniencia al vivir el escenario como quieran o puedan. No resulta extraño el variar de parecer según los sucesos o los móviles que animen la discusión al respecto o las experiencias a las que nos veamos expuestos. El tema para algunos individuos se presta a mudanzas según las situaciones. Seguro no es mantener la misma postura frente a una pregunta que a muchos nos deja sin respuesta. Desde la adolescencia se perfila como una inquietud existencial. Ciertamente agobia. Obedece al grito de la angustia cuando la reflexión impone su voz”. Estas frases ya editadas me dan pie a un análisis mayor: ¿será que el musulmán extremista puede de verdad concebir? que le espera una gran cantidad de vírgenes para disfrutar de sus carnes en un paraíso, donde tendrán derecho a hacer todo lo que le prohíben sus leyes en la Tierra. Y mi gran pregunta con los ojos despepitados es: ¿Si acaso no se ha preguntado? si el Dios concebido sea tan contrario a otras nociones donde la muerte de un semejante a manos de su prójimo es un pecado. Gran inquietud manejada por la mirada de Ulisas, peregrina de tantas civilizaciones hoy desaparecidas con la presencia de tantos dioses. Sé que nadie tiene la verdad absoluta por justamente saber que ningún ser ha regresado para contarnos el más allá de manera que podamos verificar, pero de seguro nos traza el riesgo de castigos por nuestras malas acciones. ¿Vale la pena correr el peligro? de cuál puede ser el peor escarmiento al sentirse dueño de la vida del prójimo con su ejecución. Hay que pensarlo bien, pues en mucha gente se manifiesta como un malestar insufrible. Existen culpas difíciles de manejar al reconocer en las diferencias que somos hermanos de sangre, carne y huesos semejantes. La humanidad es una, y mientras no la queramos ver así, estaremos en conflictos permanentes donde el ego se hace dueño de vanidades y reclamos. Tiempos de despertar y cavilar que tal vez sí nos espera un más allá, donde la existencia sigue cobrando sentido y los karmas no vividos en este plano quedan en deuda para ser pagados. Debemos abrirnos a todas las consideraciones y saber a qué nos exponemos, quizá, a un correctivo mayor y doloroso. ¡Por las dudas! sería prudente y competente, tal vez abstenernos de ser verdugos. Sólo la legítima defensa cobra vigencia al ser un principio de vida y de valor esencial, que se deben defender a capa y espada, más no los asesinatos a la carta como se ven en estos días sin que el delincuente tome conciencia de un devenir, que lo espera en el desconocido espacio que a todos nos aguarda por igual. Tiempos de mucha reflexión y de empezar a temer por las consecuencias que no han sido tomadas en cuenta y menos evaluadas. Ser mejor persona en permanencia trae excelentes beneficios y sobre todo la paz interior que se alcanza cuando, conscientemente y bajo el influjo de la voluntad propia, nos dedicamos a realizar buenas acciones y ponernos al servicio del necesitado. Desde la mirada que soy, lo he puesto en práctica y doy fe de ello. Se alcanza la felicidad cuando se entrega lo mejor de uno mismo porque se comienza a vivir con la máxima expresión de nuestro ser más íntimo: un ser humano a cabalidad. Lo que debemos lograr para responder a la chispa divina que nos relaciona con la fuente de la existencia.