Detectan niveles tóxicos de cianobacterias en los embalses de Monfragüe

Un estudio de la UAM revela la presencia de especies peligrosas para la salud humana y el ecosistema del parque nacional.

Proliferación masiva de cianobacterias y acumulados en la orilla del embalse de Torrejón-Tajo dentro de los límites del Parque Nacional de Monfragüe - Dr. Antonio Quesada, junio de 2021
photo_camera Proliferación masiva de cianobacterias y acumulados en la orilla del embalse de Torrejón-Tajo dentro de los límites del Parque Nacional de Monfragüe - Dr. Antonio Quesada, junio de 2021

El Parque Nacional de Monfragüe, uno de los enclaves naturales más emblemáticos de España, enfrenta un desafío ambiental de gran envergadura. Un reciente estudio de la Universidad Autónoma de Madrid (UAM), publicado en la revista Environmental Research, ha detectado altas concentraciones de cianobacterias tóxicas en varios embalses del parque, lo que supone un riesgo potencial para su biodiversidad y la salud pública.

Los investigadores han identificado una gran diversidad de cianobacterias productoras de toxinas, destacando que en el embalse de Alcántara las concentraciones de microcistinas superan hasta 200 veces el límite permitido para aguas de consumo humano. Además, el estudio ha documentado la presencia, por primera vez en Europa, de Planktothrix spiroides, una especie tropical cuya expansión podría estar vinculada al cambio climático y a la migración de aves.

Un problema creciente en Monfragüe

El equipo de la UAM ha llevado a cabo un exhaustivo análisis de los embalses de Torrejón-Tajo, Torrejón-Tiétar y Alcántara entre los meses de junio y octubre de 2021, evidenciando una proliferación masiva de cianobacterias que ha derivado en la coloración verdosa de las aguas y la acumulación de residuos biológicos en las orillas.

Las pruebas de laboratorio han detectado la presencia de microcistinas (hepatotoxinas), anatoxinas y saxitoxinas (neurotoxinas), compuestos químicos que pueden afectar gravemente a la fauna del parque y representar un peligro para los visitantes que entren en contacto con el agua contaminada.

Según la doctora Elvira Perona, directora del estudio e investigadora del proyecto CIANOPARK, financiado por el Organismo Autónomo de Parques Nacionales, “la proliferación de cianobacterias en Monfragüe está alcanzando niveles preocupantes. Si no se establecen medidas de monitoreo y control, podríamos estar ante una amenaza ecológica persistente para el parque”.

Factores que agravan la crisis ecológica

El estudio indica que las condiciones ambientales y los aportes externos de agua juegan un papel clave en la expansión de las cianobacterias. En particular, la conductividad del agua, un indicador de la calidad del recurso hídrico, ha sido señalada como un factor determinante en la distribución de estos microorganismos.

La sequía, la contaminación y el cambio climático han favorecido la proliferación de estas especies, creando un escenario preocupante para la conservación del ecosistema de Monfragüe. La introducción de especies tropicales como Planktothrix spiroides sugiere que los efectos del calentamiento global están alterando las dinámicas naturales del parque.

Posibles soluciones y futuro del parque

Los expertos insisten en la necesidad de implementar medidas urgentes de control y seguimiento para evitar que la situación se agrave. Algunas de las acciones recomendadas incluyen:

  • Monitoreo continuo de los niveles de cianobacterias y toxinas en los embalses del parque.
  • Gestión de caudales y calidad del agua para reducir la acumulación de nutrientes que favorecen su proliferación.
  • Regulación del acceso humano a las zonas afectadas para prevenir riesgos en la salud de los visitantes.
  • Investigación sobre la relación entre especies invasoras y la propagación de estas bacterias.

El hallazgo de este estudio pone de manifiesto la urgente necesidad de proteger los ecosistemas de los parques nacionales frente a amenazas ambientales cada vez más complejas. Monfragüe, reconocido por su biodiversidad y su importancia para las aves migratorias, podría estar enfrentando un nuevo desafío ecológico sin precedentes.