Universidad

La UAM licita la cesión de una parcela para un Parque de Innovación pionero en colaboración público-privada

La Universidad Autónoma de Madrid cede suelo universitario para construir un edificio de investigación de uso mixto entre universidad y empresa, en un modelo inédito en el sistema universitario español que se inspira en referentes internacionales como Stanford, Cambridge o Múnich.

UAM
photo_camera UAM

La Universidad Autónoma de Madrid (UAM) ha dado un paso sin precedentes en el ámbito universitario español al lanzar una licitación para ceder una de sus parcelas a una entidad privada con el objetivo de construir un edificio científico-tecnológico que albergue tanto grupos de investigación de la universidad como empresas innovadoras. A través de una concesión administrativa de hasta 75 años, la universidad busca levantar, sin gasto público directo, un nuevo Parque de Innovación que se convierta en referencia nacional en la colaboración entre academia e industria. Este modelo, que ya ha demostrado su eficacia en campus internacionales como Stanford, Cambridge o Múnich, llega ahora a Cantoblanco con el propósito de generar sinergias entre el conocimiento académico y el tejido productivo, atrayendo inversión, talento y tecnología al campus madrileño.

El proyecto prevé la construcción de un complejo de 14.000 m², de los cuales 3.500 m² serán de uso exclusivo para la universidad —acogiendo a grupos punteros como el Instituto de Física de la Materia Condensada (IFIMAC)— y el resto podrá ser explotado por el licitador como centro de innovación empresarial. Se trata de un edificio mixto, concebido como espacio de convivencia entre investigadores y empresas tecnológicas, promoviendo un modelo de transferencia de conocimiento y creación de valor compartido.

Un edificio de investigación compartido entre la UAM y la empresa

La Universidad Autónoma de Madrid ofrece la cesión de la parcela 12A, de aproximadamente 22.753 m², actualmente sin edificar, a una entidad privada que se encargará de diseñar, financiar y construir el edificio. El contrato contempla una duración máxima de 75 años, al término de los cuales el inmueble revertirá a la universidad.

El edificio acogerá dos espacios diferenciados pero interconectados: un módulo de 3.500 m² para la UAM y unos 10.500 m² para explotación empresarial. El objetivo es que ambos convivan en un entorno dinámico que favorezca el intercambio de ideas, el desarrollo conjunto de proyectos y la atracción de nuevas inversiones al campus.

Un modelo sin coste para la universidad, con retorno científico y económico

El modelo planteado no requiere ninguna aportación económica por parte de la UAM. La empresa adjudicataria asumirá toda la inversión a cambio de la explotación del edificio, y cederá gratuitamente a la universidad los espacios científicos asignados. Además, abonará un canon anual mínimo, así como un canon variable vinculado a los beneficios de explotación.

Estos ingresos se destinarán a financiar programas de investigación universitarios, lo que garantiza un retorno científico directo. A su vez, el nuevo edificio dotará a la UAM de instalaciones de última generación para sus grupos de investigación más competitivos, fortaleciendo su posicionamiento en el ecosistema de I+D+i.

Pionero en España, inspirado en referentes internacionales

El modelo es pionero en el sistema universitario español, donde aún no se ha generalizado la cesión de suelo universitario a operadores privados para crear centros de investigación compartidos. Sin embargo, es una fórmula consolidada en universidades líderes del mundo.

En Estados Unidos, Stanford fue pionera al ceder suelo a empresas tecnológicas para instalarse en su campus, lo que acabó dando lugar al Silicon Valley. En Europa, el Cambridge Science Park supuso un modelo de referencia para la transferencia de conocimiento entre universidad y empresa. Más recientemente, el Imperial College de Londres y la Universidad Técnica de Múnich han desarrollado centros de innovación abiertos a compañías y startups dentro de sus campus, con una fuerte implicación académica.

Con este paso, la Universidad Autónoma de Madrid se sitúa a la vanguardia del nuevo modelo de universidad conectada con la realidad económica y social. El proyecto demuestra cómo, a través de fórmulas innovadoras de colaboración público-privada, es posible mejorar las infraestructuras científicas, generar oportunidades para investigadores y estudiantes, y posicionar a Madrid como un nodo estratégico en la economía del conocimiento.