Los viajes y desplazamientos de los artistas y escritores por el mundo han sido una constante que se reitera a través de la historia. Se abandona el país por razones voluntarias o políticas. La primera se llama exilio voluntario. La segunda, exilio forzoso.
El exiliado voluntario es aquel que abandona su país para ir en busca de otra cultura. Es el caso del filósofo Aristóteles, quien abandonó Atenas por cinco años, para ser el maestro, en Macedonia, de Alejandro Magno.
El refugiado es aquel que se ve obligado a dejar su tierra para vivir en otra ciudad y otro país. Es el caso de Diógenes, quien fue expulsado de su ciudad natal, Sinope, por falsificar moneda falsa.
Del exilio voluntario, debemos recordar a Gabriel García Márquez, Mario Vargas Llosa y Julio Cortázar, quienes vivieron respectivamente en Barcelona y París
En aquellos años del Boom literario se decía que en Barcelona había más latinoamericanos por kilómetro cuadrado que bares en Madrid.
Del exilio forzoso, debemos recordar a María Zambrano, Pedro Salinas y Antonio Machado, entre otros, quienes tuvieron que abandonar España durante la Guerra civil.
En el siglo XX, el flujo de los artistas y escritores colombianos a Madrid ha sido permanente. Quizás, porque todos, conscientes o inconscientes, van detrás de la figura del Quijote, el fundador de la lengua española.
Es tal la obsesión por el hombre de la triste figura, que muchos se mimetizan con el héroe literario de Cervantes, y se la pasan luchando con molinos de viento, craneando sueños imposibles, y confundiendo a las meninas de Velásquez con meretrices.
De los escritores que recuerdo que desembarcaron en la capital española fue Dasso Saldívar. El autor llegó a España durante el período de la transición, y enseguida se vinculó al periodismo cultural en varias publicaciones del país, de América y Europa.
Desde Madrid, Dasso preparó la investigación sobre la vida de García Márquez, publicando en 1997, el libro Viaje a la semilla, que es una de las mejores biografías sobre el Nobel colombiano.
Luego llegó la escritora Consuelo Triviño, quien realizó un doctorado en Filología en la Universidad Complutense, y por varios años, estuvo vinculada con el Instituto Cervantes de Madrid.
Consuelo es especialista en el escritor colombiano José María Vargas Vila, quien durante las guerras civiles en Colombia, tuvo que exiliarse en Barcelona.
De sus estudios sobre Vargas Vila, nació su extraordinaria novela La semilla de la ira.
Carlos Bernal es un actor que vive en Madrid hace cuarenta años. Hijo del Teatro Experimental de Cali -TEC-, llegó a la capital española después de un periplo intenso por Alemania. Dirigió las obras El objeto amado de Alfred Jarry y La maestra de Enrique Buenaventura. Trabajó con las tropas de teatro El gallo vallecano, Uroc teatro, y el Centro Dramático Nacional. Como dramaturgo ha escrito los libros La fábula de la nevera, el cuchillo y el mechero, Cuarteto del ser y el parecer, y Sin motivo aparente.
Juana Acosta, actriz de cine y televisión. Participó en el telefilm Adolfo Suárez, el presidente, las teleseries Crematorio, Hispania, la leyenda, y Velvet. Por su papel en la película franco-colombiana Anna, consiguió una nominación a la mejor actriz protagonista en los Premios Fénix de cine Iberoamericano. Y fue ganadora de la estatuilla India Catalina en el Festival de Cartagena, por su trayectoria internacional.
Arturo Prado Lima es un escritor y periodista trasplantado a Madrid hace 24 años. Algunos libros publicados: Así es nuestro tiempo, De gritos y tardes femeninas y La rubia de Hamburgo. Como periodista ha trabajado con El diario del Sur, El Espectador y en varias publicaciones europeas. Es el fundador y director de la revista virtual Conexión Norte/ Sur.
Juan Fernando Cobo es un pintor caleño, que ha presentado su obra en Occo Gallery de Madrid y en Weil Art Gallery de Panamá. Sus trabajos se titulan “Retratos de personajes anónimos”, “Máscaras que parecen ser caras” y “Personajes”. Recientemente, publicó un libro de lujo titulado JFC: Pinturas.
Alex Flórez es un músico del Caribe colombiano, que como el legendario Francisco el Hombre, ha llevado la cumbia, el vallenato, el porro y la pulla por toda España. En los últimos años está dedicado a hacer una fusión entre los ritmos del Caribe con el flamenco. Sus historias y leyendas están consignadas en el libro de su autoría, Crónicas de un trovador, publicadas por Sal Pigmalión.
Carlos Jiménez es un arquitecto, historiador y crítico de arte, especialista en arte contemporáneo. Ha sido curador y comisariado de múltiples exposiciones en Colombia, España y Marruecos. Entre sus libros, podemos mencionar Los rostros de la Medusa: estudios sobre la retórica fotográfica y El libro de las artistas. En la actualidad, es un nómada que vive entre Madrid, Turín y Tetuán (Marruecos) promoviendo el arte contemporáneo.
